Hace 22 años que el ingeniero agrónomo Daniel Funaro, actual director de la Estación Experimental del INTA Anguil pisó por primera vez las instalaciones de aquel establecimiento. Sin embargo, la historia de esta experimental ubicada a pocos kilómetros de la localidad de Santa Rosa, en la provincia de La Pampa, tiene siete décadas y es de las más prolíferas dentro del sector.
Así lo evidencian nombres que hicieron escuela allí, como Alberto Beto Quiroga, Ernesto Viglizzo, Guillermo Covas, Aníbal Pordomingo, Romina Fernández, Martín Monsalvo, entre otros. Además de los apellidos reconocidos a nivel mundial, prestigiosos estudios sobre suelos, ganadería, ambiente y malezas han salido de los límites pampeanos para convertirse en material de consulta a nivel internacional.
Tal vez muchos de los aportes de estos expertos a la agricultura y ganadería local, se debe a que la estación está inserta en un territorio muy importante y es “una especie de bisagra, entre el árido y el húmedo”. Lo cierto es que el mundo conoce sus dos grandes experiencias: La siembra directa (que si bien arrancó en otras latitudes, comenzó sus ensayos en Anguil) en 1989, y el ensayo sobre los cultivos de cobertura, una técnica difundida por toda la Argentina y el mundo.
“Muchas de las cosas que se usan, se iniciaron acá. Uno de los ensayos de más larga duración que hay en el país, fue en ahí en Don Jesús, cerca de General Pico, donde comenzó todo ese proceso de pasar de la siembra convencional a la siembra directa. Surgió aquí donde se han hecho muchísimos trabajos y todo el análisis de los procesos que se producen en el suelo y en nuestro ambiente. Y todo lo que es cultivo de cobertura, o cultivo de servicio, que son herramientas para mejorar la siembra directa, han salido desde aquí”, contó Funaro a Bichos de Campo.
Al mismo tiempo, el también reconocido ingeniero recordó que en la región tuvieron mucha repercusión los trabajos en el programa de alfalfa en que estuvo la FAO, durante los años ´70: “Uno de los puntos de referencia en el trabajo de la alfalfa en el país fue la estación Anguil”.
Mirá la entrevista completa a Daniel Funaro:
No obstante, en momentos donde se cuestiona el rol de la institución, Funaro subrayó que tal cual el primer día, esa articulación entre el sector público y el privado sigue gozando de muy buena salud y marca el quehacer del INTA dentro del territorio nacional.
“Nosotros siempre hemos tenido esa vinculación entre lo público-privado. Siempre estamos interaccionando con las empresas que nos proveían la semilla y algunos trabajos específicos. Lo mismo sucede con el productor. Siempre estamos en articulación con el sistema público-privado con el objetivo de hacer esa transferencia tecnológica, esa transferencia de procesos que mejoren la la actividad del productor tanto en lo económico como en lo social. El rol del INTA es transferir tecnología y ver cómo se adaptan a esta región”, explicó.
“Por suerte tenemos referentes y eso es más que importante. Es una historia que se viene escribiendo hace 70 años acá en la experimental, y para todo el mundo. Es buenísimo que tengamos referentes y necesitamos tener referentes en estos sistemas mixtos, en estos sistemas productivos de semiáridos y que además tengan esa expansión hacia afuera, hacia el mundo. Todos hacemos publicaciones con referato en las principales revistas del mundo, se dan conferencias y son reconocidos. Así que en eso estamos muy, pero muy orgullosos. Y lo que buscamos que los nuevos sean referentes también”, enfatizó el directivo.
Con esa lista de apellidos ilustres y los grandes éxitos de la experimental, este medio le preguntó a Funaro si considera que la sanidad de los suelos, una de las especialidades de este INTA, resulta protagonista hoy en día como parte del debate mundial.
Al respecto, el director de la experimental responde: “Sí, es fundamental entender eso, entender ese proceso de cómo se expresan los suelos. Todo lo que nosotros hagamos arriba, sea cultivo, ganadería, forestal, va a ser expresado en función de lo que nosotros tenemos abajo. Muchas veces nosotros no le damos la importancia que realmente que tiene. El suelo tiene vida y a esa vida hay que cuidarla, cultivarla, mimarla y darle lo que necesita para que exprese su potencial. Eso básicamente es manejo. Lo que hacen los chicos es entender esos procesos y qué cosas tenemos que hacer como para poder expresar ese potencial. Nosotros tenemos una gran diversidad de suelos, incluso en la experimental”.
Si bien Daniel tiene la misión de dirigir esta estación, habiendo realizado todo el recorrido, ya que comenzó como pasante hasta especializarse en ecofisiología de los cultivos, es también un argentino común, orgulloso de contar con personalidades que han marcado un hito dentro de la investigación agrícola.
Faltó nombrar a dos grandes referentes como lo fueron los hoy retirados Nicasio Rodríguez y Jesús Pérez Fernandez