Mario Giampietro es un investigador nacido en Italia, y de una amplia trayectoria en la investigación de producción de alimentos en toda Europa. Actualmente es profesor e investigador de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), y se desempeña en el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la Universidad Autónoma de Barcelona (España), entre otras actividades.
Giampietro fue un disertante de lujo en el Congreso CREA que se está desarrollando en nuestro país, y durante su ponencia lanzó declaraciones controversiales. Particularmente afirmó que la agricultura que conocemos no es sostenible, ni la actividad basada en agroinsumos ni la agroecología.
“La agricultura que no usa insumos tecnológicos emplea la profunda sabiduría de la agroecología: el reciclaje de nutrientes de plantas a humanos y de humanos a plantas. Tiene bajo impacto ambiental, pero genera bajos rendimientos y, por ende, productores pobres”, describió Giampietro, quien también afirma: “La agricultura que depende de insumos tecnológicos tampoco es sostenible. En Europa, la agricultura es el sector económico que requiere la mayor inversión económica por trabajador, pero genera el menor retorno económico de la inversión y el mayor impacto ambiental por puesto de trabajo proporcionado a la sociedad”.
Giampietro explicó que la dinámica de la agricultura industrial está sustentada en constantes innovaciones que promueven la creación de economías de escala por medio de la expulsión de productores. “Para ser desarrollada una economía debe deshacerse de sus agricultores”, graficó.
El investigador expuso el caso de Países Bajos como paradigma de la agricultura industrial. Esa nación europea, a pesar de disponer de un escaso territorio productivo, es el segundo exportador mundial de productos agroindustriales, ubicado por detrás de EE.UU. A pesar que Canadá y Argentina juntas tienen ochenta veces más tierra que Países Bajos, entre ambas no logran generar la misma cantidad de divisas por exportaciones agroindustriales que la pequeña nación europea.
Si bien los números parecen envidiables, para Giampietro lo que sucede en Países Bajos no puede considerarse agricultura, sino “agroindustria basada en importaciones”, y que ese modelo no promueve el empleo ni el arraigo rural, lo que implica pérdida de identidad y sentido.
“¿Los productores en Países Bajos están forrados de dinero? No. La cantidad de agricultores en ese país viene descendiendo y seguirá cayendo. Si la agroindustria hace mucho dinero, eso no significa necesariamente que los productores ganan dinero”, expresó.
Sobre nuestro país, el italiano se pregunta: “Argentina tiene viento en las velas, pero, ¿Quiénes se beneficiarán con el mismo? ¿Los productores? ¿Cuántos quedarán? ¿Qué fracción del valor añadido total obtendrán los que queden?”, preguntó el investigador de ICREA.
Para hacer frente a esa tendencia, Giampietro recomendó a los empresarios agropecuarios argentinos diversificar actividades y participar en otros eslabones de cadena de valor, además de propiciar todo aquello que contribuya a disminuir la necesidad de insumos importados. “No entiendo por qué Argentina no exporta más carne en lugar de soja. Me lo han explicado tres o cuatro veces, pero sigo sin entenderlo”, bromeó
Que barbaridad, el futuro oscuro viene para el consumidor, cuando no haya productores veremos quien tiene el problema, de fuera traerán para comer mierda
Se debe reflexionar sobre el futuro del agro en forma int3
Al igual que Giampetro no comprende a la Argentina…. Tampoco lo comprendo…
Pues se le paga para que lo entienda. No sé qué hacer este individuo aparte de inventarse temores infundados. No aporta nada y parece ignorar más de lo que sabe.
Tal vez si el estado no se llevara el 70% de la venta los productores no serían tan pobres, pero como no me doctoré en Italia no opino..
Sería oportuno discutir el mensaje y no al mensajero. Es muy interesante su planteo; considero que deberíamos medir en Argentina, esas variables que definen la sustentabilidad (o no) de la agricultura).
Tal cual está planteada actualmente en nuestro país, claramente NO es sostenible. la regiones que tiene cultivos bajo regadío, se llevan el 70% del agua apta para consumo humano.