Brasil es un espejo dramático para la Argentina en el cual puede verse qué sucede cuando el Estado no se queda con la mayor parte de la renta del sector agropecuario.
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, a partir de un trabajo encargado a la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) y al Departamento de Estadística de la Universidad de Brasilia, proyectó que, en condiciones climáticas normales, la producción de granos en Brasil aumentaría un 36,8% en los próximos diez años para alcanzar un total de 370,5 millones de toneladas en la cosecha 2031/32.
Para lograr esa meta la superficie agrícolas debería aumentar un 17% entre 2021/22 y 2031/32, para pasar de 74,3 a 86,9 millones de hectáreas.
En lo que respecta a la soja, el documento prevé que el área en 2031/32 sería de 51,5 millones de hectáreas versus 41,4 M/ha en 2021/22, mientras que la de maíz pasaría en ese mismo período de 21,5 a 24,6 M/ha.
En cuanto al trigo, se prevé que de las 2,82 millones de hectáreas sembradas en 2021/22 el cultivo iría ganando terreno año tras año para alcanzar 3,31 M/ha en 2031/32. El dato es que se espera un decrecimiento de la superficie de poroto y arroz.
De todas maneras, si bien se espera un crecimiento general de la superficie, el gran factor que explica el pronóstico tan optimista son las mejoras de productividad logradas a partir de la incorporación de capital, es decir, de “materia gris”, insumos, información, genética y biotecnología.
Los números proyectos del maíz son impresionantes, con una cosecha que, partiendo de una base de 113,3 millones de toneladas en 2021/22, crecería de manera sostenida hasta lograr casi 150 millones de toneladas en 2031/32 para abastecer a la industria cárnica y etanolera, además de consolidarse como un gran exportador mundial del cereal.
El estado de Mato Grosso debe liderar la expansión de la producción de maíz en la próxima década. La producción debería aumentar de 41,6 millones de toneladas en la cosecha 2021/2022 a 56,9 millones en 2031/2032.
En soja, en cambio, la cuestión estará más repartidas, porque los estados de Mato Grosso, Pará, Rondônia y Mato Grosso do Sul se destacarán como líderes en la expansión productiva de la oleaginosa.
El estudio señala que la producción de carne vacuna, porcina y aviar pasaría de 28,4 millones de toneladas en 2021/22 a 35 millones de toneladas a finales de la próxima década, es decir, tendría un incremento del 23%.
El mayor incremento en la producción debería generarse a partir de la carne porcina con un variación de 29,1% en el período, seguido por el polo (+25,6%) y la carne bovina (+14,9%). El estudio incluso señala que tales proyecciones son conservadoras, porque mejoras productivas logradas a través de innovaciones podrían acelerar el crecimiento de la producción de proteínas cárnicas.
Se espera que las exportaciones de carne de cerdo crezcan un 38,9% durante la próxima década, alcanzando 1,5 millones de toneladas. La carne vacuna y aviar también deberían crecer, respectivamente, un 34,1% y 26,2%.
De todas maneras, el trabajo destaca que la mayor parte del incremento de la producción de carne se destinará al mercado interno para consolidar la seguridad alimentaria de la población brasileña.
Hace algunas semanas, Bichos de Campo viajó a Brasilia y entrevistó a muchos de los actores principales de la agricultura del vecino país. El resultado fue un programa que permite entender las bases de este continuio crecimiento del agro brasileño.