Finalmente, tal como anticipó Bichos de Campo más de un mes atrás, se desdibujan las perspectivas de una siembra importante de maíz temprano en la Argentina.
El 95% de la región núcleo pampeana, la principal región argentina productora de maíz temprano, tiene reservas de agua entre regulares y escasas.
No sólo se necesitan lluvias para recomponer el déficit hídrico, sino también para proveer de agua al cultivo de manera adecuada, dado que la mayor parte de las empresas agrícolas no tiene “resto” financiero para afrontar un nuevo fracaso en la cosecha de maíz.
Le estuve contando a la de punta el tema del niño y el calentamiento del pacífico, y todavía se está cagando de risa pic.twitter.com/T4Sx9Zp9OI
— diego tavella (@diegotavella6) August 22, 2023
“La escasez de agua en los perfiles y el atraso en la llegada de las lluvias podría recortar más el área de maíz en la región, dejando la superficie por debajo de 1,50 millón de hectáreas implantado en la campaña anterior”, señala un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En el centro-oeste de la zona núcleo se requieren, en los próximos quince días, lluvias que logren dejar entre 60 a 120 milímetros en los suelos para lograr un estado óptimo en las reservas de agua, considerando solamente el primer metro de profundidad.
“Ese escenario se vuelve más delicado si se considera que los pronósticos de corto plazo indican que la última semana del mes no muestran lluvias”, apunta el informe.
Pero el clima no es el único problema, porque muchos productores de la zona aún no tienen certeza si van a poder acceder a lo fertilizantes necesarios para poder realizar el cultivo y, en caso de tener la suerte de que sea el caso, no es factible saber qué precio tendrá. Difícil planificar un cultivo como el maíz así.
En tal contexto, más allá de las ganas, si las condiciones no son favorables para comenzar a sembrar maíz temprano en septiembre próximo, seguramente se rediseñarán los planteos agronómicos hacia soja de primera o bien maíz de segunda.