Hace tiempo ya que Natacha Chacoff se sabe una científica poco tradicional. Como investigadora del Instituto de Ecología Regional (IER) del Conicet, distinguida en 2022 con el premio Houssay, esta doctora en Biología de origen tucumano no viste de blanco ni pasa sus días en impolutos laboratorios.
“No soy del guardapolvo. Soy del campo y del laboratorio de la computadora”, dijo entre risas a Bichos de Campo cuando la visitamos en una de sus últimas oficinas: las yungas de Tucumán, donde se desarrolla ampliamente la producción citrícola.
Aquel escenario es clave para seguir adelante con lo que se volvió un tema central en su carrera: el estudio de polinizadores y su relación con la biodiversidad y la producción. O dicho de otro modo, como esos bichitos impactan favorablemente sobre las plantas, tanto en el monte nativo como en los cultivos.
Es más amplio que las abejas. “Los polinizadores son animales que cuando vuelan llevan el polen desde la parte masculina de la flor a la parte femenina, y con eso lo que hacen es promover la reproducción de las plantas Hacen un vuelo vital. Y muchas veces ese estudio, en el área de la biología y de la ecología, estaba más bien centrado en las plantas, en los árboles de los sistemas naturales, pero ya desde hace algunos años se viene empezando a estudiar este tema en los sistemas agrícolas”, señaló Chacoff.
A pesar de que la abeja de la miel es la que encabeza el imaginario común, la bióloga ha conseguido estudiar en su carrera a cerca de 80 especies distintas de ese insecto, así como a otras variedades de polinizadores diferentes que también deben ser tenidas en cuenta por los sistemas productivos. Todo esto aún en aquellos casos en que la reproducción de las flores se da de forma asexual.
“En el caso de los limones y de los cítricos, hay toda una percepción desde el sistema productivo de que estos se reproducen sin la necesidad de vectores o polinizadores, es decir de forma asexual. Del lado de los productores te decían ‘no necesitamos abejas’. Lo que hicimos fue hacer experimentos durante la formación de las flores y vimos que la ausencia de polinizadores redujo la producción en un 60%. Lo que pasa es que aunque la reproducción sea asexual en algunas especies, estos polinizadores lo que hacen es estimular la producción del fruto aunque no tengan contacto”, explicó la investigadora.
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Esta demostración se volvió una de las razones que convenció a las distintas empresas citrícolas para que comenzaran a transformarse en custodios de los paisajes nativos, y a propiciar la generación de corredores naturales.
-¿Cuidar el monte termina siendo un buen negocio para el que produce?
-Sí. Hemos encontrado gran diversidad de polinizadores nativos. El sistema citrícola está bastante cerca de los sistemas naturales como el pedemonte porque creció a sus expensas. Las fincas tienen un montón de biodiversidad de polinizadores, que no es tan difícil de conservar y donde vemos especies incluso raras. Hemos encontrado abejas que polinizan orquídeas, especies que nidifican en el suelo, especies que nidifican en cavidades, especies que vuelan largo, que tienen tamaño corporal grande, especies que colectan aceites.
-¿Cómo es un día de trabajo tuyo en el campo? ¿Te escondes entre las plantas para ver qué bichos aparecen con trampas?
-Hay dos maneras de muestrear a los polinizadores. Una es observar las flores. Tenemos que venir de septiembre en adelante, que es la época de floración de los limones. Uno se queda quieto unos minutos y anota a quién observa y colecta, en el caso de no conocer quién es el polinizador. La otra manera, que nos resulta mucho más útil para conseguir información, es a través de trampitas. Venimos temprano, ponemos unos vasitos de colores que atraen a distintas especies, los colgamos de las plantas de limones y también de las áreas naturales, y los dejamos un día. Lo colectado lo llevamos al laboratorio en alcohol y ahí empieza todo un trabajo muy minucioso de identificación que lleva bastante tiempo, mucho más del que a veces nos gustaría. Pero la calidad a veces de la información que tenemos depende de cuánto le dediquemos a determinar esas especies.
Pero el trabajo de Chacoff no se limita únicamente a la producción citrícola, sino que también se ha extendido a cultivos extensivos como la soja, el maní y el girasol.
“Cada vez más hay preocupación desde el sector productivo por la polinización de los cultivos y la conservación de los polinizadores. Lo que nosotros hicimos acá con los limones, también lo hicimos con arándanos y también estuvimos trabajando en soja, en el sector chaqueño, donde hay un gran debate sobre el impacto que tienen en la producción”, indicó la bióloga.
“Estamos en un trabajo en colaboración internacional con gente del Reino Unido, de Brasil, de Córdoba, de Buenos Aires, de Rosario, trabajando lo que nosotros llamamos un gradiente latitudinal, evaluando el impacto de los polinizadores en la soja en distintos lugares. Lo que vemos es que los polinizadores ahí también ayudan en la producción, con la diferencia de que el ambiente productivo de la soja es mucho más hostil y no hay siempre un monte”, añadió a continuación.
-En la región pampeana ya hay productores que hablan de corredores biológicos en medio de los cultivos, justamente para propiciar la presencia de polinizadores. Vos desde el estudio podrías proponer alternativas en ese sentido.
-Sí, ahora cada vez más se buscan pautas de manejo para los polinizadores. Nosotros tratamos de hacer recomendaciones sobre manejo de agroquímicos, ciertas pautas, por ejemplo cuándo aplicarlo. No es lo mismo aplicar agroquímicos a la tardecita-noche que a la mañana, que es el momento en que están todos volando. También es cuando, de qué manera. Hay muchos estudios que se están haciendo. De ahí el agregar corredores con flores, colmenas, etc.
-Donde no tenés la biodiversidad tan cerca, ¿hay maneras de mejorar el ambiente para los polinizadores?
-Sí. El manejo de las hierbas, el tema de los herbicidas, el tema del manejo natural de las zonas que no son productivas, hay mucho para hacer ahí. En áreas que nosotros llamamos áreas no productivas, que no se van a volver productivas, hay un potencial de manejo que protege cierta biodiversidad para proveer servicios ecosistémicos, que es todo lo que el hombre obtiene del manejo de la naturaleza o de conservar la naturaleza para el sector productivo.