El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, aseguró que son solo once las empresas agroexportadoras que deberían sentir (y hacerse cargo) el impacto de la suba de retenciones, del 31 al 33%, a la harina y el aceite de soja, los dos productos que más divisas inyectan a la Argentina. En realidad, esa lista no es de 11, sino de 12 o 13 empresas, según de qué rubro se trate. Pero es cierto que no son muchos los jugadores que han avanzado en el agregado de valor del poroto más sembrado en la Argentina.
La discusión sobre si esta docena de firmas -la mitad nacionales, la mitad extranjeras- traslada o no a los productores esos 400 millones de dólares adicionales que a partir de ahora deberán ceder a las arcas del Estado (además de lo casi 8.000 millones que aportan por el resto de las retenciones) queda para otro capítulo. Por ahora vale conocer quiénes son las empresas a las que Domínguez les exigió que absorban todo el peso del aumento de las retenciones.
Este cuadro fue elaborado por Bichos de Campo en base a los datos oficiales de embarques de subproductos y aceites de soja de 2021.
En total la Argentina exportó el año pasado unas 32 millones de toneladas de los subproductos derivados del proceso de molienda de la soja. El grueso de esos embarques fueron de harinas o pellets, con 26 millones de toneladas, y cerca de 6 millones correspondieron al aceite, que a veces es exportada además convertida en Biodiésel. En ese caso, las retenciones subieron un poco menos y se ubicaron en el 30%.
La lista de los exportadores de la industria aceitera es diferente a la de los exportadores agrícolas en general, donde además se contabilizan los embarques del poroto de soja sin procesar y de los demás cultivos. En aquel otro ranking suelen competir por el primer puesto dos gigantes globales, con el 14/15% de las cargas totales cada uno. Se trata de Cargill, de origen estadounidense, y Cofco, la empresa estatal china que surgió de la fusión de Noble y de Nidera. En aquel caso también aparece la americana ADM, que en este rurbo no aparece porque no exporta productos procesados.
Este ránking de firmas agroindustriales, en cambio es ampliamente liderada por Viterra, el nuevo nombre de la corporación multinacional Glencore, que en el país absorbió hace unos 20 años las instalaciones de Oleaginosas Moreno, y que últimamente se ha convertido en la mayor exportadora de aceites y harina debido a que está quedándose con prácticamente todo el negocio de la malograda Vicentin. Glencore, además, era socia de la concursada en Renova, una de las mayores plantas de crushing de soja del mundo.
En el segundo y tercer puesto aparecen AGD (Aceitera General Deheza) y Molinos Agro, que son dos empresas de capitales argentinos. La primera de ellas pertenece al empresario cordobés Roberto Urquía, que alguna vez fue senador por el peronismo pero desde hace rato permanece alejado de la política. El origen de esa firma tiene que ver con el complejo manisero que se erigió en el sur de Córdoba.
Molinos Agro nació en julio de 2016 como producto de la división del negocio de commodities de Molinos Río de la Plata SA, el conglomerado alimenticio que la familia argentina Pérez Companc adquirió en 1999.
Luego, entre el tercer y el quinto lugar, aparecen tres cerealeras internacionales que cargan con una historia centenaria y que junto con ADM conformarían el famoso grupo ABCD que manejaba el comercio mundial de granos desde el inicio del siglo 20, aunque ahora esa supremacía se está viendo amenazada por la presencia de grandes corporaciones chinas. Son Cargill, Bunge y Dreyfus. Bunge tiene lazos históricos con la vieja Bunge & Born de la Argentina, pero desde hace rato que su sede se ha mudado a Estados Unidos y sus negocios son globales.
Cofco, como se dijo, es una empresa estatal china que aquí absorbió las plantas y elevadores que eran de Nidera y de Noble Group. Ha comenzado a liderar los embarques de granos y a crecer fuerte también en el negocio de los derivados de la soja, aunque en este rubro su país de origen, China, prefiere importar el poroto sin procesar para hacer el agregado de valor en su propia industria aceitera.
La empresa estatal YPF también figura entre esta docena de empresas afectadas por la suba de las retenciones, ya que cada vez exporta más granos y subproductos que origina a partir de sus operaciones de canje con los productores, con los que intercambia granos por insumos (en especial gasoil y fertilizantes). Era la base a partir de la cual el gobierno de Alberto Fernández soñó la avanzada para quedarse con los activos de la quebrada Vicentin, que hasta 2019 era líder absoluto en este ránking.
ACA es la Asociación de Cooperativas Argentinas, entidad que acaba de cumplir 100 años y que está conformada por 142 cooperativas de base distribuidas por toda la región agrícola. Es la principal “originadora” de granos del país, ya que 18% de la cosecha total pasa por sus silos. Pero su capacidad de procesamiento de soja todavía no es tan elevada y por eso sus exportaciones de subproductos no son tan importantes.
Detrás en el ránking de exportadores estables de derivados de la soja aparecen una empresa brasileña llamada Amaggi, que pertenece al grupo de Blairo Maggi, alguna vez considerado como “el rey de la soja” en el vecino país, pues comandó la expansión del cultivo hacia la región del Matto Grosso.
La Unión Agrícola de Avellaneda es una cooperativa del norte de Santa Fe, que absorbió también una pequeña parte del negocio exportador de Vicentin en aquella zona. Y Syngenta es una proveedora de insumos que también es controlada por capitales chinos, y que ha empezado a partir de 2020 a incursionar -como YPF- en la exportación directa de los granos que obtiene por sus planes canje.
Las otras empresas del listado tienen apariciones más esporádicas. Unitec es una firma agrícola que pertenece al grupo Eurnekian, Voxen es una operadora logística que tiene presencia sobre todo en la zona del puerto de Zárate/Campana, y Extrugreen es una empresa de Arequito que fue utilizada por la corredora Díaz & Forti para operar a fasón las plantas de Vicentin, hasta que el Banco Central la suspendió en junio pasado por la falta de liquidación de divisas.
No eran once los monos. Son algunos más y sus historias son de lo más diversas.