“La soja es peronista”, dijo alguna vez el analista agrícola Enrique Erize al mostrar que el valor internacional de la oleaginosa se había derrumbado durante la gestión de Mauricio Macri para luego subir en la presidencia de Alberto Fernández.
El analista financiero Daniel Osinaga se tomó el trabajo de ajustar por inflación la evolución del precio del contrato más cercano de Soja CME Group (“Chicago”) para visualizar que esa premisa humorística se cumple nuevamente en el gobierno de Javier Milei.
El valor del principal producto de exportación de la Argentina se derrumbó desde que asumió Milei a causa de una desaceleración económica global combinada con un incremento del riesgo geopolítico que hace peligrar la gestión logística de los commodities agrícolas a escala global.
Para colmo, el Canal del Panamá, una de las principales arterias logísticas para transportar productos agroindustriales, viene hace meses experimentando inconvenientes debido a una bajante histórica.
En las últimas tres décadas la peor parte se la llevaron los gobiernos de Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, mientras que los máximos valores de la oleaginosa se registraron durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
A diferencia de sus antecesores, Milei tiene una ventaja: este año la Argentina, luego de más de una década de déficit, volvió a registrar superávit en su balanza energética, lo que contribuye a quitar todo el peso de la generación de divisas al sector agroindustrial (que sigue, de todas maneras, siendo el principal proveedor de ese recurso clave).
En el primer trimestre de este año, según datos oficiales (Indec, Argentina exportó productos energéticos por 2289 millones de dólares y los importó por 619 millones, lo que arroja un balance favorable de 1670 millones.
Eso es producto de la puesta en marcha del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner y el incremento de la capacidad exportadora de petróleo no convencional, sumado al ordenamiento de las importaciones instrumentadas por el Estado nacional, las cuales se hacían en la gestión anterior con notables sobreprecios.
También contribuyó a mejorar la balanza energética el incremento de la capacidad de transporte de petróleo hacia Chile a través del rehabilitado Oleoducto Trasandino y la primera etapa de ampliación de Oleoductos del Valle que conecta los yacimientos neuquinos con Puerto Rosales.
Un gráfico para entender porqué la comercialización de soja argentina sigue en el “freezer”
– Lo que muestra también es que no alcanza con el precio del cultivo: Necesitás un buen presidente, porque mirá lo que hizo Alberto, y mirá lo que tenía Cristina hasta 2013.
– En niveles de cosecha:
https://datosestimaciones.magyp.gob.ar/reportes.php?reporte=Estimaciones
Maíz ( M de Tn de producción):
2012: 32 13: 33 14: 34 15: 39 16:49 17: 43 18: 57 19:58
– La soja se mantuvo. Pero sólo decir que Macri tuvo mayor cosecha de maíz. Y similar de soja.
– Y si multiplicás [precio] por [cantidad] y sumás, para maíz y soja, porque lo hice, Macri tuvo peores que Cristina, pero más que Nestor, Nestor trabajó con peores ingresos que Macri. Y no hubo devaluación ni endeudamiento.