Viene de correr la XK Race de San Rafael, Mendoza, uno de los triatlones (mountain bike, kayak y trekking) que tenía pendientes. Para José “Nito” Ponzio, los desafíos deportivos se parecen bastante a los que se le presentan en su trabajo. Lo importante es el proceso, disfrutar del entrenamiento (o el diseño de una estrategia), de la carrera (la puesta en marcha) y el resultado (si, al final, siempre hay que mirar dónde se llegó, pero sin olvidar el cómo).
Su bisabuelo era un inmigrante italiano trabajador de la tierra que se instaló en suelo pampeano y legó a su hijo y su nieto (el padre de Nito) la pasión rural. Cuando tuvo que decidir qué estudiar Nito eligió ser contador público, “pero más con una visión de hacer negocios, no de liquidar impuestos”.
Nito fue protagonista del capítulo 83 de El podcast de tu vida (emitido en octubre de 2023), es director de Lartirigoyen y cía. una empresa a la que entró “de casualidad” hace 35 años. “Yo era contador, y la empresa estaba buscando uno, pero la propuesta le llegó al hijo del almacenero, y como él no podía tomarla, me sugirió a mí, ahí lo conocí a Ignacio (Lartirigoyen). Todo estaba empezando, éramos 8 hoy somos más de 1000”, recuerda.
Sin embargo, no lo entrevistamos para hablar de cultivos, agronegocios ni cosas de campo… sino para que me cuente cómo surgió su pasión por correr y por los triatlones y tetratlones como el de Bariloche y el de Chapelco.
Correr, pedalear, esquiar, remar, nadar… ¿Cómo mecha el entrenamiento entre los viajes laborales? ¿Qué es lo que más le gusta? ¿Qué va pensando mientras corre? ¿Cómo lidia con las lesiones ya codeándose con los 60? “En el trabajo y en el deporte, si disfrutás del proceso o camino, vas a ser feliz, y todo llega”, reflexiona. Pasen y lean…
-¿De dónde viene tu vínculo con el campo y la ruralidad?
-Yo nací en una familia de gente de campo. Mi bisabuelo vino de Italia, se instalaron creo inicialmente en la zona de Rosario y después se vino para La Pampa. Después lo siguieron mi abuelo y mi padre. Y me crié yendo al campo, escuchando de hacienda. MI familia tenía campos en la zona de Rancul e Ingeniero Luiggi, campos de monte, mixtos, en los que ahora se hace más agricultura, pero eran campos básicamente ganaderos.
-¿Y qué cosas te acordás que hacías?
-Me encantaba ir al campo. Cuando empezaba las vacaciones del primario me iba al campo con el encargado y me quedaba capaz una semana o dos. Hasta que mi madre me llamaba para volver. La verdad que la pasaba muy bien. me gustaba esa vida de levantarme temprano, ensillar, andar el tractor, hacía todas las tareas junto con los empleados. Me divertía mucho.
-Llegó el momento de decidir qué estudiar y elegiste contador público. ¿Era tu primera opción? ¿Había un plan b?
-Pasa que mi padre y mi abuelo, además de tener campo eran emprendedores, tuvieron carnicería, hicieron remates feria, y creo que ese gen de hacer negocios y estar en el comercio me quedó. Además, claro, no tenía dificultades con las matemáticas. Ojo, podría haber estudiado agrónomo porque me gustaba mucho. Pero mis padres y mi abuelo me decían que contador era una buena profesión. Me veía haciendo negocios a partir del conocimiento contable, no me veía liquidando impuestos mucho tiempo.
-¿En ese momento proyectabas algo vinculado al campo y los agronegocios?
-Con los agronegocios siempre tuve relación, pero nunca me imaginé que iba terminar trabajando en una empresa de agronegocios. Y terminé en Lartirigoyen por una casualidad, por el hijo del almacenero de al lado. Ignacio (Lartirigoyen) estaba empezando hace más de 30 años. Y resulta que el hijo del almacenero era contador, Ignacio andaba buscando un contador, él no podía y por eso me ofreció a mí. Esa fue una casualidad de la vida, pero soy más de creer en las causalidades.
-¿Qué es lo que más te gusta de lo que hacés hoy?
-Yo soy un afortunado. Hago un trabajo que me apasiona, que todos los días me motiva y me desafía. Yo arranqué siendo contador cuando éramos 8 en Lartirigoyen, hoy tiene 1300. Me gusta la parte organizativa, estructurar negocios, enseñar, aprender del negocio y ver las oportunidades que te da el negocio. Argentina es un país difícil pero también da oportunidades que otros países no dan.
-Bueno, vamos a meternos en la parte de aventura, running, montaña. Lo primero que te quiero preguntar es ¿qué ha sido el deporte en tu vida?
-Yo de chico jugaba al fútbol y algún otro deporte en el colegio, pero no con un método. En ese momento había una cultura diferente. Hoy el deporte es importante para la gente porque tiene muchas cuestiones formativas fundamentales. Que después se aplican a otras cosas laborales. El deporte, por eso, debería ser una materia importante en la educación.
-¿Cuándo empezaste a correr?
-A los 30 más o menos. Hace como 20 años. Tenía una actividad muy estresante, fumaba, me había excedido un poco de peso y un médico me dijo que tenía que dejar de fumar porque se me iba a complicar la vida. A partir de ese momento sentí que tenía que cambiar hábitos. Empecé con el gimnasio, después a correr. Tengo un hermano que ya estaba corriendo por entonces, tenía un grupo y me fui entusiasmando poco a poco.
-Después corriste triatlón y tetratlón. ¡Te metiste con todo!
-Si, es complejo. Pero esto es amateur. Nunca voy a vivir de esto, pero sí tengo claro que me va a mejorar mi vida. Eso lo tengo claro. Entonces, como toda cosa que trato de hacer es tratar del proceso, más que del fin, porque la carrera es completar el proceso. Pero sí, es complicado, tenés que armarte rutinas y yo viajaba bastante, ahora menos pero bueno. Sobre todo, tenés que tratar de disfrutar ese proceso. Si no lo disfrutás te terminás frustrando.
-Entiendo que has ido más por el running de montaña, quería preguntarte si difiere mucho de correr en calle.
-Tiene algunas cosas parecidas, pero cambian cosas importantes. El de calle practica resistencia y velocidad. En la montaña también practicas resistencia y velocidad, pero le tenés que agregar fuerza y entrenamientos de horas. Porque en general son carreras largas las de montaña. Y cada carrera de montaña tiene una dificultad distinta a otra. Uno puede estudiar la altimetría y otras variables, pero no podés saber dónde van a estar las piedras y cómo son las bajadas. Y tenés que ir entrenando la mente también. Porque si a vos te dicen que vas a estar 6 horas corriendo te asusta al principio.
-¿Qué te transmite la montaña? ¿Vas pensando en hacer un paso detrás de otro podés levantar la cabeza y asombrarte del lugar en el que estás corriendo?
-Hago las dos cosas, depende del momento. Me pongo metas intermedias, pero voy disfrutando muchísimo del paisaje y el lugar donde estoy. La montaña me transmite mucha energía. No sé por qué. Tengo un montón de dolencias, pero cuando voy a la montaña se me van. Es un lugar donde me siento muy feliz.
-Hablabas hace un rato de la mente. ¿Cuán importante es preparar el “bocho” para esos momentos?
-Lo físico es muy importante. Es obvio que con cabeza solamente no vas a llegar. Pero estar mentalizado de que estás en condiciones de llegar es fundamental. Y lo que tiene este deporte es que la mayoría de los que corren compiten consigo mismos. Salvo los que van a ganar, obvio. En mi caso, mi competencia es tratar de hacer mejor lo que hice en la carrera anterior.
-Corriste dos tetratlones donde, una de las disciplinas es esquí. ¿Cómo diantres entrenaste esquí en La Pampa?
-Jajaja no, obviamente, no entrené. Yo empecé a esquiar de grande, es mucho corazón y garra. Poca técnica. Pero una o dos veces por año voy a esquiar y con eso me alcanza.
-Siempre me gusta preguntarles a los runners si estar corriendo tanto tiempo les ayuda a aclarar la mente para cosas de laburo, ponele. O de tu vida…
-Si, te ayuda. Obviamente. Hasta de un punto de vista emocional. Porque por ahí venís muy cargado del trabajo y cuando terminás de correr la misma situación la ves desde otro punto de vista. Y si, corriendo o andando en bicicleta se me van ocurriendo cosas. Tenés mucho tiempo para pensar, para hablar solo, escucho música, escucho la radio. Y también el trabajo me ha servido para el deporte.
-Arrancaste a correr a los 30. Hoy tenés 58 años. Pero después de los 40 el cuerpo empieza a doler diferente. ¿Cómo viviste esa transición?
-Yo hace 15 años me diagnosticaron que tengo condromalacia y osteocondritis en las rodillas y me dijeron que no podía correr mas. Casi salí llorando del médico. Me fui a ver un montón de médicos más después hasta que encontré uno que me dijo que podía seguir corriendo y que me iba a doler. Pero además me dio unos tips en el entrenamiento, me recomendó empezar el gimnasio para fortalecer los músculos. Entrenar con alguien que sepa.
-Nos metemos de lleno en el pin-pong de este podcast y la primera pregunta es ¿Qué país te gustaría conocer?
-He viajado bastante, pero me gustaría ir a Australia y Nueva Zelanda. Todos me hablan maravilla de Oceanía. En lo profesional y en lo personal.
-¿Y un lugar que conozcas y que te guste mucho o volverías?
-El sur argentino nuestro sin dudas. Pero Chicago volvería, Roma también, me encanta su antigüedad y tradición. Polinesia.
-¿Cómo te va a la hora de cocinar? ¿Tenés algo para defenderte?
-Parrilla. Acá en el interior se estilan mucho las peñas. Yo tengo 3-4 peñas fijas por semana. El asado es fundamental. A mí me gusta mucho hacer cordero al asador, ahí también se disfruta mucho el proceso.
-Si pudieses tener algún superpoder, ¿Cuál te gustaría tener?
-Alguno que me ahorre tiempo en los viajes. Algo que me pudiera transportar rápido. Y después, de los momentos que disfruto mucho me gustaría congelarlos un rato.
-Si pudieses volver en el tiempo, ¿A qué momento irías un rato y después volver?
-La he pasado bien en la vida, me gustaría volver a momentos donde desaproveché oportunidades. Por ejemplo, haber estudiado bien inglés. Mis padres me mandaban, hice todo lo posible para no ir y no fui más. Es algo pendiente que tengo. No sólo por lo profesional, sino también cuando viajás, porque casi todo está en inglés.
-Bueno, última pregunta. ¿Qué tema musical elegís para cerrar la nota?
-Me gusta rock nacional, internacional. Pero de U2 “Beautiful day” o de Coldplay “Viva la vida”, son dos temas que me energizan mucho a la hora de salir a correr y cuando estoy medio flojo de ganas me dan el empujón inicial.
