En el marco de la IX Cumbre de las Américas que se desarrolla hasta este viernes en la ciudad de Los Ángeles, EE.UU., el canciller argentino Santiago Cafiero pidió que el gobierno de Biden levante el bloqueo económico contra Venezuela y Cuba.
“Repartir sanciones y bloqueos van en la dirección contraria a la búsqueda de herramientas efectivas para combatir la desigualdad. Si no somos nosotros, si no son estos ámbitos los encargados de dar respuesta, de resolver injusticias que se prolongan en el tiempo, entonces para qué estamos”, afirmó hoy Cafiero durante una reunión con sus pares de Relaciones Exteriores del continente.
“La equidad es, más que nunca, la base de la estabilidad política, de la democracia profunda y de la armonía en las relaciones internacionales. Por esto, el compromiso sobre gobernabilidad democrática que se ha trabajado en esta cumbre no podrá alcanzarse si persisten las sanciones y medidas unilaterales que aún se llevan adelante en nuestra región, aunque los hechos vislumbran que han fracasado y solo han generado sufrimiento en la población”, añadió Cafiero en referencia a la dictaduras presentes en Venezuela y Cuba.
En el otro lado del océano Atlántico, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (Ciara), Gustavo Idígoras, participaba de un panel en Londres, Reino Unido, organizado por International Grains Council (IGC), en la que referentes de diferentes naciones expusieron sobre la situación del mercado agrícola global.
“En la reunión mantenida con las autoridades de Ucrania quedó claro que a ese país le costará mucho tiempo normalizar su producción y comercialización, por lo que Argentina debe salir en respuesta a la necesidad de abastecimiento internacional”, apuntó Idígoras.
“Mientras EE.UU. y Brasil crecen en producción y exportación, Argentina desciende. Es el momento de replantear la política tributaria y alentar la producción y transformación de la soja y el girasol”, solicitó.
A diferencia de lo que sucede en Brasil –y también en Paraguay y Uruguay– en la Argentina la producción agrícola está restringida por los derechos de exportación, retenciones “cambiarias” y retenciones “encubiertas” (fideicomisos), al tiempo que el gobierno envió esta semana al Congreso un nuevo mecanismo “desacoplador” de precios agrícolas denominado risueñamente “impuesto sobre la renta inesperada”.