En 1996, el ex presidente Carlos Menem prometió crear naves espaciales que se remontarían hasta la estratósfera para desde allí elegir el lugar del mundo al que la población desearía viajar. Por supuesto, el dirigente riojano no llegó a cumplir con esa promesa. Tampoco pudo incluirla en la seria de spots publicitarios que utilizó para promover su re-reelección tres años después, con la popular latiguillo “Menem lo hizo”.
Es una lástima que eso no haya sucedido, porque podría haber sido la posibilidad ideal para consolidar una línea de comercio que se acaba de inaugurar y que parece tan insólita como aquellos anuncios disparatados del caudillo riojano: la exportación de aceite de oliva desde una Pyme de la Rioja hasta el Reino de Bután. Es que hay entre un punto y otro una distancia de 17.777 kilómetros.
La noticia en serio, difundida por la cancillería este domingo, dice que “por primera vez en 10 años de relaciones diplomáticas entre la Argentina y el lejano Reino de Bután se realizará la primera exportación de consideración desde nuestro país hacia ese destino asiático”. No será en naves espaciales ni recorrerá la estratósfera.
El Reino de Bután es un país del sur de Asia ubicado en la cordillera del Himalaya que no tiene salida al mar. Limita al norte con China y al sur con India. Su sistema de gobierno es una monarquía constitucional. Tiene menos de 800 000 habitantes sobre 40 mil kilómetros cuadrados, y por eso es considerado uno de los países más pequeños y con menos población del planeta.
Hasta allá, seguramente por barco y luego por tierra, llegará un contenedor repleto de aceite de oliva elaborado por la empresa Promas SA, una fábrica del producto que había pertenecido al grupo lácteo Mastellone y luego fue vendido a empresarios del sector automotriz. Tiene unas 1.300 hectáreas con olivos y una planta extractora en la misma finca, donde también se hace ganadería.
El primer envío consiste en un contenedor de aceite de oliva, de 4.836 litros de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), fraccionado en botellas de 1 litro, 500 ml. y 250 ml.
“Es la primera exportación de cuantía en la historia de la relación bilateral y esperamos que en los próximos meses, este mercado pueda abrirse a otros productos argentinos como el aceite de soja, el aceite de girasol y los vinos”, dijo el embajador argentino en la India, Hugo Gobbi, cuya representación trabajó en la identificación de demanda insatisfecha y la concreción de este negocio.
Para ello, en En Timbu, que es la capital de Bután, autoridades de la Cancillería local, del Banco Central y la Cámara de Comercio, representantes comerciales de cadenas minoristas y de hoteles pudieron apreciar la calidad de los productos argentinos en el marco de un acto de celebración de los 10 años de relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
La Cancillería destacó que “producto de esta exposición de la oferta exportable argentina, la empresa Promas alcanzó un acuerdo comercial que constituye un hito en la relación bilateral, ya que no existen registros conocidos de exportaciones nacionales a dicho mercado”. Es decir, es algo tan llamativo como los cohetes que se iban a remontar hacia la estratosfera.
“Sabemos que contamos con un producto de excelencia, por las opiniones favorables que obtenemos en cada contacto con clientes en el exterior. Al mismo tiempo, también es importante el apoyo que las Embajadas de la Argentina pueden brindar a las empresas, particularmente a las PyMES”, afirmó Bernardo Esteban, Gerente Comercial de Promas SA.
Y agregó: “Contamos con el acompañamiento profesionalizado de la embajada argentina en India para establecer contactos con el vecino país de Bután. Fue todo un desafío, además del trabajo conjunto que permitió conseguir la primera exportación a este país. Se trata de un caso de cierta complejidad logística por las distancias y las diferencias culturales”.
Con las naves espaciales de Menem hubiera sido todo mucho más sencillo.