Matará no es un buen lugar para que aparezcan las langostas. Pero aparecieron, un productor avisó, y se realizó un rápido y efectivo control aéreo con agroquímicos, que luego fue complementado por “tratamientos terrestres” realizados por los equipos del Senasa.
Matará queda en el centro de la provincia de Santiago del Estero, en el departamento Juan F. Ibarra, cerca del cruce de las rutas provinciales 56 y 21, a 6 kilómetros del río Salado. Es una de las villas más antiguas de la Provincia porque nació de una misión jesuítica establecida en 1594. Se llama así porque era un paraje poblado por los indios mataráes.
Fue justo allí que la langosta tuvo la mala idea de aparecerse por estos días cálidos, donde además faltan lluvias. Por suerte el productor afectado detectó a tiempo el origen de esa manga y actuó con rapidez, aplicando de modo aéreo los plaguicidas autorizados.
“El accionar conjunto del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la provincia de Santiago del Estero y el sector privado permitió la detección y el rápido control de un foco de langostas en la localidad de Matará”, celebró luego el organismo nacional, cuyos efectivos están atentos a la langosta, como cada uno de los últimos veranos..
El Senasa exlicó que “en esta zona es frecuente la aparición de langostas, ya que es una ruta migratoria de la plaga y es común la detección de insectos. La ejecución de tratamientos se realiza cuando se superan ciertos umbrales que provocan daños y tienen la potencialidad de convertirse en mangas”.
El organismo tomó este caso de Matará para concientizar a los pobladores rurales. Pidió a los productores que monitoreen sus campos y cualquier cosa le den aviso utilizando la línea de WhatsApp 11 5700 5704, que posee un bot interactivo: una herramienta de conversación que permite al usuario obtener información instantánea sobre la situación y recomendaciones para el control de langostas y tucuras.