El Ministro de Economía, Sergio Massa, mantiene un romance con los grandes exportadores agrícolas, a los que sus socios kirchneristas en la coalición de gobierno solían denostar en los tiempos en que se hablaba de la expropiación de Vicentin. Luego de haber recibido de ellos un filón de divisas en el marco del operativo del dólar soja, durante septiembre pasado, ahora el titular del Palacio de Hacienda decidió auxiliarlos para que puedan reprogramar sus exportaciones comprometidas de trigo sin recibir las sanciones establecidas por los reglamentos.
Massa, la semana pasada en un acto en Las Heras, había anticipado que se estudiaba aplicar esta medida debido a las dificultades que se prevén existirán para cumplir con todos los embarques declarados por las exportadoras luego de que la fuerte sequía malograra buena parte de la cosecha de trigo. Ahora se supo de fuentes oficiales que la Secretaría de Agricultura formalizaría la decisión en las próximas horas en el Boletín Oficial, según anticipó el medio Infobae.
“Según confirmaron a este medio fuentes oficiales, en las próximas horas el Gobierno autorizará a las empresas exportadoras a reprogramar sin penalidades los embarques de trigo que fueron declarados. Por la menor producción que habrá del cereal, en un contexto climático sumamente adverso, hay un alto riesgo de incumplimiento de los contratos comprometidos, especialmente para los meses de diciembre, enero y febrero”, informó el periodista Juan Martín Melo en ese medio. Se supone que la resolución saldrá publicada el miércoles en el Boletín Oficial.
La Secretaría de Agricultura mantiene por el momento una estimación de la cosecha de trigo de 16 millones de toneladas, pero las estimaciones privadas se reducen mucho, al extremo que la Bolsa de Rosario pronosticó 13,7 millones de toneladas. Si se confirmara esa fuerte caída de la cosecha, desde las 22 millones de toneladas producidas en la campaña anterior, sería muy difícil para la Argentina cumplir con su proyección de embarques, que es regulada por el propio gobierno a través de los llamados “volúmenes de equilibrio”.
En este marco del comercio regulado, el ex ministro de Agricultura, Julián Domínguez, habilitó hace varios meses una exportación de 10 millones de toneladas, de las cuales las exportadoras anotaron casi de inmediato cerca de 9 millones. Como el consumo doméstico se estima en 6,5 millones de toneladas cada año, la oferta de trigo de este año signado por la sequía o no alcanzaría o sería muy justo. En este contexto las exportadoras habían solicitado a Massa y el secretario Juan José Bahillo una reprogramación de los embarques, que les permitiría evitar sanciones por los posibles incumplimientos.
Para el equipo económico resultaba muy difícil rechazar la pretensión del Ciara-CEC, la entidad que agrupa a las grandes cerealeras. Primero porque ese sector colaboró activamente en el plan con el que Massa debutó y que le permitió inyectar gran cantidad de divisas en el Banco Central, mejorando el perfil de reservas. El dólar soja, un tipo de cambio especial de 200 pesos, significó una bocanada de aire para la alicaída economía.
Pero además, el Estado ya embolsó buena parte de las retenciones por las exportaciones de trigo anotadas por el sector para la campaña 2022/23, ya que la mayor parte de los negocios se anotaron con plazos largos para concretar los embarques y eso permite a los operadores congelar el precio de venta pero a la vez los compromete a adelantar al fisco el 90% de los derechos de exportación correspondientes.
La agencia Reuters, que es muy influyente en los mercados de commodities, anticipó también esta decisión oficial: “El Gobierno de Argentina anunciará medidas, en cuestión de días, para permitir que los exportadores de trigo retrasen los embarques acordados después de que una gran sequía azotara la cosecha, generando preocupación por el suministro interno”, indicó un cable.
La fuente de esta noticia es una fuente de CIARA.CEC, quien explicó que la medida permitirá a las empresas reprogramar las exportaciones de trigo acordadas sin enfrentar la multa normal del 15%.
“Si el gobierno va a hacerlo, que lo haga ahora, porque tenemos que dar la vuelta y hablar con clientes en Indonesia, Marruecos, Argelia, Egipto y decirles que nuestro trigo se ha quemado y renegociar esos contratos”, dijo la fuente citada por Reuters. Otras fuentes dijeron a Bichos de Campo que la principal de los exportadores sería desarmar contratos pactados con destinos más alejados, como Vietnam, para poder reprogramarlos y cumplir con los clientes tradicionales de Brasil, a los que habían dejado a la cola con al expectativa de que la cosecha de trigo volvería a ser abundante este año.