El Ministerio de Economía, timoneado por el candidato oficialista Sergio Massa, ha venido aplicando diversos regímenes cambiarios especiales para tentar a los productores a vender más rápido sus granos y generar así una corrientes exportadora más acelerada, que redunde en una mayor liquidación de divisas para rescatar al Banco Central de un vacío casi total de sus reservas. El nudo del problema era macroeconómico. Y por eso se pusieron en marcha el Dólar Soja, el Dólar Agro y finalmente el Dólar Maíz, con la incorporación de este último cultivo.
Con la devaluación de 22% decidida por las autoridades monetarias luego de la derrota electoral de Massa el domingo, que era además reclamada por el FMI para intervenir con una pesos (o dólares) ante esta situación crítica, estos regímenes ya no tienen sentido y se han agotado, pues el tipo de cambio oficial se ha fijado en 350 pesos por dólar exportado y transado. Pero el daño microeconómico de este tipo de operativos nacidos de la urgencia del propio Estado ya está hecho.
¿Cuál es el daño? Pues al subir el tipo de cambio primero de la soja y luego del maíz, han subido también los precios de estos granos de un día para el otro para aquellos sectores que los utilizan en el mercado interno, básicamente los productores de diversas carnes y biocombustibles.
Massa había reconocido este daño en el caso del Dólar Soja, instrumentado en tres ocasiones desde septiembre de 2022, y ahora desactivado. Por eso, a través de la Secretaría de Agricultura, instrumentó una serie de compensaciones para productores de leche, de pollos y de cerdos, tres de los sectores más afectados por estos manoseos del tipo de cambio. Pero del daño provocado por el Dólar Maíz (que son más cuantiosos todavía, porque ese grano tiene mucha mayor demanda interna) nadie se había hecho cargo.
Hasta ahora. Este miércoles se publicó en el Boletín Oficial la Resolución 1147/2023 del Ministerio de Economía, que modifica la fórmula utilizada hasta aquí para determinar el monto de las compensaciones a los productores de cerdos, e incorpora por primera vez la suba del maíz en ese cálculo, para determinar a partir de ahora una compensación de 10.000 pesos por cada tonelada de maíz requerido por ese sector durante la breve vigencia de un tipo especial de cambio para este cereal.
El “Cálculo de incidencia del insumo Maíz” se sumará a la reparación previa que se había hecho en el caso de la soja, en las presentaciones que están haciendo los actores del negocio porcino. Se calculará tomando en cuenta un promedio de faena mensual desde abril de 2022 a marzo de 2023 y se compensará 2,77 kilos de maíz por cada kilogramos logrado en ese lapso.
De este modo se llega a suponer que se compensarán 15.500 pesos por tonelada de soja y 10.000 pesos por tonelada de maíz utilizado por los productores, aunque el valor final de la compensación en pesos para cada beneficiario resultante de la suma no podrá exceder de 8 millones de pesos por empresa.
Luego de prorrogar por diez días las fechas de presentación pautada en otras resoluciones, para que las empresas porcinas puedan rehacer sus cálculos de compensaciones incorporando su consumo de maíz, la resolución de Massa define “que para el financiamiento de la presente medida se destinará hasta la suma de 2.000 millones de pesos, en función de la disponibilidad presupuestaria de la Secretaría de Agricultura”.