¿Por qué se necesita un Manual de Buenas Prácticas Agrícolas en materia de fertilización? ¿Tan mal están haciendo las cosas los productores? Martín Diaz Zorita, uno de los autores de dicho manual junto a Andrés Grasso, presentado en sociedad en diciembre pasado por la Asociación Civil Fertilizar, intenta traernos tranquilidad. “No estamos haciendo mal las cosas, sino que las hacemos de modo insuficiente y así limitamos la producción”, explica.
“Los resultados (agronómicos) muestran incluso la necesidad de incrementar dosis en el uso de fertilizantes. Ejemplo de eso es que hay una pérdida de entre el 15% y 20% en la práctica habitual del productor. Eso lo tenemos medido desde hace tres años, a través de ensayos donde vemos una brecha del 25% con respecto al ideal, y del 15% de mejora de la producción si sólo se aplicaran buenas prácticas” en la aplicación de nutrientes para los cultivos, añade el especialista.
-¿Y en qué consisten esas buenas prácticas?- preguntó Bichos de Campo.
-Implica hablar de un diagnóstico integral. Debemos comenzar por el análisis del suelo, pero también por conocer el sitio, tener expectativas productivas y aplicar los fertilizantes en el momento y dosis correctas. Ahora bien, si vos no entendés cuál es la expectativa de rinde, el análisis del suelo es sólo una pata del diagnóstico- remarcó el ingeniero agrónomo.
Mirá lo que nos decía Martín Diaz Zorita:
La idea del Manual, según Diaz Zorita, es “guiarnos en una serie de pilares. A saber: por qué los nutrientes son importantes, debido a que limitan la producción si los aplicamos de modo erróneo en el sistema. Otro pilar clave es cómo corregimos esto, para lo cual debemos decidir qué fertilizante vamos a usar, en qué dosis, en qué momento se aplicará y en qué posición. Esa es la base de la buena práctica agrícola” en fertilización.
Con respecto al cuidado del medio ambiente, Diaz Zorita consideró que “es el fundamento principal de la sustentabilidad en toda práctica agrícola. Nosotros pensamos que el riesgo de traslado de un excedente (de fertilizante) se dirigirá hacia el agua. Pero cuando incorporamos prácticas tales como una buena ubicación de fertilizantes, y ajustamos las dosis a lo que consumirá la planta y no por encima, ya que además de ser anti económico genera riesgos, estamos cuidando ese recurso fundamental que es el agua. Aunque lamentablemente estamos lejos de lograr esa realidad en Argentina”.
Sobre este aspecto, hay un trabajo del INTA en la cuenca del Paraná, realizado en conjunto con el Conicet y universidades en Entre Ríos, que fue presentado en el congreso de Suelos realizado en Tucumán el año pasado, en donde se evidencia que los puntos de riesgo de aumento de concentración de nutrientes eran, en palabras de Diaz Zorita, “puntuales y asociados a situaciones que no necesariamente se ligaban al uso de fertilizantes o al uso de prácticas agrícolas, sino a concentraciones urbanas e industriales que producen volcando al agua”.
El manual editado por Grasso y Díaz Zorita, se encuentra disponible de modo online, y busca entonces que los productores hagan un uso eficiente y efectivo de los nutrientes para hacer más sustentable la producción agropecuaria.