Martín Cantamutto es un productor que, apenas se recibió de ingeniero agrónomo en Bahía Blanca, decidió instalarse en el partido de Villarino, una zona bendecida por los canales de riego que administra la Corporación de Fomento del Valle Bonaerense del Rio Colorado (CORFO). Pronto se lanzó por cuenta propia a sembrar, arrendando campos. “Arrancamos con una chacrita y luego fuimos sumando superficie”, relató Cantamutto a Bichos de Campo.
El productor comentó que hace varias actividades diferentes en esos lotes que arrenda. “Como hay cultivos que dejan de ser rentables, tratamos de diversificar lo más que podemos. Sería poner los huevos en distintas canastas. Horticultura, por ejemplo, dejé de hacer, pero no por la escasez de agua sino porque veo muy inestable al mercado hortícola”, agregó.
Martín riega sus lotes con agua que llega por uno de los cuatro canales que cruzan la mayor zona bajo riego de la provincia de Buenos Aires, el Canal Unificador II, que abarca la zona de Juan A. Pradere en el partido bonaerense de Patagones. Como además es representante de los productores en el consorcio hidráulico, conoce de cerca que la oferta de agua viene reduciéndose con los años.
“Cada vez necesitamos más concesión de agua para regar la misma superficie porque baja la dotación. A uno le dan determinado caudal con una concesión. Si querés seguir sembrando lo mismo, debés aumentar tu concesión de riego”, apuntó Cantamutto.
Pero este 2020 la crisis hídrica tiene tonos mucho más graves. “Nos toca un año en que nos mermó la producción por sequía, y que nos lleva a regar la mitad de hectáreas de lo que regábamos el año pasado. Y además, tenemos que salir a invertir, y no sólo a gastar para mantener la estructura”, contó.
Mirá el reportaje completo realizado a Martín Cantamutto:
Hasta el momento, la región contaba con una suerte de “cajita de ahorro”, una reserva de agua. Pero la misma fue consumiéndose poco a poco. “Nosotros tenemos un dique, el Embalse Casa de Piedra, y año a año CORFO hace un pedido de agua a través del COIRCO- Comité Interjurisdiccional del río Colorado-, con quien se reúne. El problema es que se acabó esa caja de ahorro. Este año con la reservas y con una nevada muy chica, regamos mal, Pero el año que viene, dependeremos 100% del agua de nieve. Ya que no tenemos más caja de ahorro que nos permita regar la temporada que viene”, avisó el productor.
“Por eso necesitamos que la Provincia nos de una mano como para poder invertir. Hace 10 años que vivo en este pueblo, y no me lo imagino sin riego. Sería una catástrofe, no sólo productiva, sino también social. La cantidad de chacareros que sólo saben sembrar cebolla, y que hoy se deberían ir, es grande. También hay muchos semilleros que traen mucha mano de obra al pueblo. O sea que es inmensa la gente que depende del riego”, describió.
El productor reconoció que “este año llevamos los cultivos a la mitad de los riegos en comparación a misma fecha de otros años”, y agregó que “sin riego no podemos hacer mucho acá. Yo tengo 5 empleados fijos mas otros 4 temporarios que se abocan a lo que es riego, y montones de contratistas y gente alrededor de esta actividad que sin riego, no funcionaría”.
Cantamutto ejemplificó la necesidad del riego en cultivos que lo requieren tanto como la cebolla, y declaró que “el impacto social del riego en esta zona es inmenso. El movimiento que arranca acá cuando inicia el cultivo de la cebolla es de tres veces más, y eso se ve gracias al riego”.
Acerca de cómo ajusta su realidad productiva a la menor disponibilidad de agua, Cantamutto explicó que “hasta ahora, lo que hacíamos era agrandar los cánones de riego, alquilando más campos y tratando de concentrar la superficie de siembra. Pero este año ya se nos complica pagar el canon de riego, con lo cual la solución pasaría por el revestimiento de los canales. El 98% de la estructura son canales de tierra, y si se los revistiera, incluso con la misma dotación que están largando ahora, tendríamos el doble de agua”.