La olivicultura es una de las actividades regionales afectadas por el aumento en las tarifas eléctricas. “Los costos están por encima de la rentabilidad en muchos casos, sobre todo para una economía electrodependiente como esta”, afirmó Mario Bustos Carra, gerente de la Federación Olivícola Argentina. Esa actividad de zonas áridas consume mucha electricidad a la hora de activar los equipos de riego para bombear agua de pozo.
En diálogo con Bichos de Campo el directivo aseguró que “el aceite de oliva argentino pierde mercados por este aumento de la energía. La producción viene en baja y no podremos cumplir con las expectativas iniciales, y no sólo por consecuencias climáticas. También por los aumentos de tarifas eléctricas”.
El dirigente indicó que “la incidencia de la tarifa eléctrica pasó del 8% al 21%. Provincias como Catamarca y La Rioja necesitan más energía, mientras que Mendoza y San Juan necesitan menos, pero todas requieren de este servicio para producir”.
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El productor también se refirió al posible Tratado de Libre Comercio que se está negociando entre el Mercosur y la Unión Europea, donde están los principales productores mundiales de aceite de oliva. “Esto nos haría competir con el sector agrícola mas subsidiado de Europa, lo cual nos deja fuera de carrera”, advirtió el gerente de la Federación Olivícola Argentina.
“En 1985, el 50% del aceite de oliva que se consumía en Brasil se producía en Mendoza. Hoy, si les digo que la participación del aceite de oliva en toda la Argentina en el mercado brasilero es del 12%, es una barbaridad. Estos son números que demuestran que hemos perdido posiciones”, se quejó.
En contraste, dijo que “un productor de España pone un aceite de oliva en la góndola de San Pablo al mismo precio que el de un productor riojano o sanjuanino. Así se hace difícil competir”, reflexionó Bustos Carra.