Esta semana se realizó la negociación de los primeros pagaré producto base soja a la vista en el ámbito del Mercado Argentino de Valores S.A. (Mavsa).
Se trató de una operación testigo realizada por la Alyc cordobesa S&C Inversiones, la cual, luego de varios intentos, logró ajustar el instrumento para realizar una colocación exitosa.
En el pagaré base soja la tasa de interés se aplica al igual que como ocurre con un pagaré bursátil tradicional, por lo que el emisor de un pagaré base soja no recibe la totalidad del monto nominal emitido, sino el monto resultante de la aplicación de la tasa de interés en función del plazo del instrumento.
“La tasa de interés de los pagarés base soja dependerá de varios factores, entre los cuales se incluye el emisor –no es lo mismo una gran empresa agroexportadora que una pyme agrícola– y la perspectiva de la evolución del precio de la soja”, explicó a Bichos de Campo Aníbal Casas, presidente de S&C Inversiones.
Es decir: si existe un panorama alcista para la soja –como ocurre en la actual coyuntura– habría mayores posibilidad de financiarse con una menor tasa de interés porque el receptor del pagaré tendría una eventual utilidad adicional por la vía de la suba del precio del grano.
Eso porque el monto a pagar por parte del emisor al vencimiento del pagaré surge de adicionar al monto nominal el rendimiento adicional calculado en función de la evolución del precio de la soja pizarra publicado por la Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Dicho rendimiento adicional surge de la diferencia entre el monto nominal multiplicado por el cociente entre el precio de cierre de la tonelada de soja del día hábil inmediatamente anterior a la fecha de vencimiento del pagaré y el del día hábil inmediatamente anterior a la fecha de emisión del pagaré. La fórmula es la siguiente:
“Para el productor que se financia con un pagaré base soja la evolución del precio del poroto no lo afecta en caso de tener tenencia del grano, porque esa es su moneda natural”, comentó Casas.
“Sin embargo, la maravilla de este nuevo instrumento es que, así como puede emplearse para financiarse, también puede resultar muy útil para gestionar la liquidez de las empresas agrícolas”, añadió.
Al respecto, Casas mencionó que un productor luego de cosechar la soja y embolsarla, podría vender parte de la soja recolectada, reduciendo el costo de almacenaje, para luego destinar esos fondos a colocarlos en un pagaré base soja avalado por una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR).
“Así el productor seguiría posicionado en soja, pero con la ventaja de obtener una utilidad adicional –la tasa de interés–, lo que representa una ventaja en términos tanto financieros como logísticos”·, remarcó.
Vale recordar que las utilidades generadas por personas humanas en mercados bursátiles están exentas del impuesto a las Ganancias, lo que sería factible en caso de que las compras de los pagarés base soja sean realizadas por los accionistas de las empresas agrícolas.
En definitiva: el pagaré base soja, en caso de adquirir liquidez y transformarse en una herramienta de uso habitual, podría constituirse en una alternativa más para gestionar la liquidez de corto plazo de las empresas agrícolas.