Terminó el primer trimestre del año con un nuevo récord histórico de ingreso de agrodivisas. Sin embargo, esa inyección masiva de dólares se evaporó con una rapidez alarmante.
Entre los meses de enero y marzo de 2022 el complejo cerealero y oleaginoso ingresó al país casi 8000 millones de dólares. En promedio entre los años 2010-2020 para el mismo período, la liquidación de exportaciones del sector sumaba unos 4400 millones de dólares aproximadamente. Esto significa que el año arrancó con un ingreso de divisas nominal del agro de un 80% superior al promedio de la última década.
A pesar del aporte realizado por el sector agroindustrial, durante el primer trimestre del año el Banco Central (BCRA) no ha podido terminar con compras netas de reservas, sino que su intervención cerró en terreno negativo por unos 50 millones de dólares.
“Es cierto que es una magnitud muy baja y casi de equilibrio, pero comparando este resultado con el de los primeros trimestres de los últimos dos años, es una señal de alerta”, advirtió un informe de la consultora Invecq.
Durante el período enero-marzo de 2020, con precios internacionales de nuestras exportaciones considerablemente menores, el BCRA había podido terminar el período comprando 670 millones de dólares en el mercado. Y el año pasado, en el mismo período se alzó con 2270 millones de dólares en sus arcas gracias a la intervención compradora en el mercado.“Evidentemente el mayor nivel de actividad económica, por un lado, pero principalmente los incentivos generados por un esquema macroeconómico que no cierra, están consumiéndose los dólares que ingresan por las exportaciones, aun con un estricto control de cambios y trabas múltiples a las importaciones”, apuntó el informe.
“Dado este panorama, para los próximos meses esperamos que el resultado externo sea mucho más estrecho de lo que debería ser dada la estacionalidad de la cosecha gruesa”, añadió.
Normalmente entre los meses de abril y julio el BCRA se hace de una gran cantidad de dólares debido a la fuerte liquidación de las cosechas de maíz y soja. Pero este año las importaciones energéticas compensarán en gran medida ese flujo positivo de divisas.
“Si el gobierno no logra acumular dólares en la temporada alta, entonces las presiones sobre el mercado de cambios podrían volver a ser muy fuertes a partir del mes de agosto, en el que el ritmo de liquidación de exportaciones vuelve a descender. La relativa ‘pax cambiaria’ actual (las brechas se han comprimido desde el anuncio del acuerdo con el FMI en marzo pasado) tendría poco aliento”, alertó Invecq.
Una restricción cambiaria intensa sólo puede derivar en dos escenarios o una combinación de ambos. Un refuerzo al cepo importador vigente en la actualidad (con los problemas que eso genera en los sectores afectados). O bien una súper devaluación del peso.