La ganadería argentina le debe mucho a Carlos Kitroser, un veterinario que hace mucho tiempo decidió crear el Estudio Ganadero Pergamino y desde allí se dedica incansablemente a difundir las nuevas tecnologías para el sector.
-¿Así que formás parte de una familia de veterinarios?
-Sí, mis dos tíos, mi padre y yo. Pero mi hijo es ingeniero agrónomo. Está más o menos en el palo.
-¿Cuándo empezaste con el Estudio Ganadero Pergamino?
-Venimos organizando estas reuniones de extensión agropecuaria desde 1988, en un momento en que no había mucha oferta, ni siquiera de los organismos publicos.
-¿Es decir que cuando arrancaste con esto notabas un déficit de formación entre los ganaderos?
-Claramente todo arrancó por una vocación didáctica que ya tenía. Me acuerdo bien que el primer encuentro fue en el Club de Viajantes Pergamino, un lugar muy lindo. Empezamos a hacerlo un poco en broma, para despuntar el vicio, acompañado por dos o tres laboratorios que me dieron una mano para arrancar. Yo ya había sido ayudante en la facultad y aparte daba clases en la Escuela Agro técnica de Pergamino.
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-En 1988, cuando arrancaste, la ganadería era bastante diferente que la de ahora. Por ejemplo, era mucho más pastoril. Ahora es bastante más intensiva.
–Era mucho más sencillo, digamos, saber cuál era la demanda. Por ejemplo, me acuerdo de la primer reunión en el 88, que el tema fue parasitología. Eran temas muy elementales, pero como no había tanta extensión los productores en general no los conocían, excepto algunos destacados de los Crea. La generación de extensión en el INTA de ese momento también era muy limitada. Era más bien para los que íbamos a la agencia. No había una extensión amplia. Así que cuando empezamos con nuestras reuniones vimos la demanda que había. Las continuamos armando hasta el día de hoy.
-Han pasado treinta y pico de años ya, y la ganadería ha cambiado muchísimo. ¿Notás que ha habido muchas innovaciones?
-Sí, absolutamente. Nosotros cuando íbamos a otros países a ver cómo producían, pensábamos estos tipos no saben nada. Pero estaban muy por delante de nosotros, que prejuzgamos muchas cosas. Por ejemplo, acá un hecho fundamental es la carga animal por hectárea y en Estados Unidos es la producción de kilos de carne por vaca puesta en servicio. No consideran la superficie.
-¿Y que sucedía cuando veían allá los primeros feedlots?
-Casi que era pecaminoso. La de Estados Unidos era una ganadería completamente diferente, muy intensificada, con mucho uso de grano. Bueno, ahora ya prácticamente todo acá es terminación a corral. Eso entró y se quedó y está para seguir. Es un cambio para mi brutal en la esquema ganadero. Todo se complejiza mucho más porque la salud en un feedlot y el gasto en nutrición son temas que hay que ver con mucha atención, porque cualquier desvío te impacta de una manera importante. En el sistema pastoril no es tanto.
-En Argentina, sin embargo, no copiamos todo. Copiamos lo mejor y en todo caso lo adaptamos…
–Yo creo que la capacidad de adaptación que tiene el productor argentino es espectacular y en todo lo que es sistema pastoril de manejo no sé si de algún país podamos aprender algo.
-Hay latiguillos que repetimos todos. Uno frecuente es que la agricultura se ha tecnificado mucho más rápidamente que la ganadería, que está atrasada. ¿Qué te provoca ese tipo de afirmación?
-Es cierto. En agricultura yo creo que es muy difícil superar la tecnología que se ha desarrollado en Argentina a través de la siembra directa, la genética de las semillas. En eso yo creo que están diez años adelante.
-¿Pero es cierto que la ganadería se ha quedado atrás, que no está tecnificada?
-Es que la para mi la concepción de la ganadería es que tiene que estar el dueño o el administrador o el puestero encima cada día del año. En agricultura es más fácil. Hoy sembrás con toda la tecnología disponible, herbicida, fertilizante, semilla, genética, todo lo que quieras. Y son tareas puntuales. En cambio, la ganadería requiere una atención constante. Eso es una enorme diferencia para lo que es el avance tecnológico.
-¿Entonces hay ejemplos de muy buena tecnificación. pero son de productores que están encima del negocio?
-Absolutamente. Yo creo que cada vez más eso se parece a otros lugares del mundo, como Estados Unidos. El productor va a tener que estar mucho más encima del manejo, encima de su actividad. A mí me parece que la ganadería va a evolucionar mucho más lentamente que la agricultura, porque es mucho más compleja la gestión, el esfuerzo. El productor ganadero es mucho más conservador y mucho más evaluador de las inversiones que va a hacer, que es algo completamente distinto a lo que ocurre en agricultura, según mi óptica.
-Esto no es una frase, un latiguillo, sino una verdad incontrastable: Desde que empezaste a hacer extensión y a difundir tecnologías ganaderas en el 88 la producción de carne está estancada. Finalmente cambió el modo de producir, pero la Argentina produce lo mismo.
-Es como vos decís, no ha evolucionado. Lo que sí evolucionó mucho es la tecnología de engorde del animal. Eso es fantástico.
-Y por cierto permite que se produzca lo mismo en menos superficie.
-Menos superficie con más tecnología, mejor conversión alimenticia, porque todo está medido y ajustado.