El presidente de la Nación, Mauricio Macri, firmó este viernes en la Quinta presidencial de Olivos un acuerdo de competitividad junto a Ramón Ayala, el nuevo secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores y Estibadores (UATRE) y tres de las cuatro entidades patronales del agro, ya que la Federación Agraria se negó a hacerlo.
Técnicamente se trata de un “Convenio de Cooperación para la Aplicación de Políticas de Fortalecimiento de la productividad en el Sector Agrario”.
El convenio también fue rubricado por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca; el de Agroindustria, Ricardo Buryaile y el de Hacienda, Nicolás Dujovne. También por la presidenta de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA), Silvia Squire. Por las entidades agropecuarias lo rubricaron Dardo Chiesa (CRA), Luis Miguel Etchevehere (SRA) y Carlos Iannizzotto (Coninagro).
El acuerdo consta de cinco cláusulas, donde las partes se comprometen a fortalecer un modelo de crecimiento económico equilibrado y duradero basado en la mejora de la competitividad del sector; fomentar la productividad del sector a través de la fijación de metas y objetivos claros; generar consenso entre todos los sectores involucrados a fin de evitar cualquier tipo de conflicto que pudiere afectar el desarrollo de alguna de las ramas de la actividad rural; revisar las estructuras y dotaciones de personal vigentes a los efectos de asegurar la adecuación de nuevos estándares, como así también la capacitación del personal para incorporarlos a las nuevas modalidades laborales; trabajar para la erradicación del trabajo no registrado, la precariedad laboral y el trabajo infantil.
“En el caso específico de los trabajadores de los silobolsas, el acta detalla que donde funcionen las bolsas de trabajo y el productor tenga el personal para esa tarea, todos los años deberá acreditar ante Renatre que tiene esos trabajadores registrados como permanentes”, indicó la Uatre en un comunicado. Este fue el punto que más cortocircuitos provocó en las negociaciones previas al acuerdo, ya que las entidades empresarias se negaron a aceptar recurrir a las bolsas de trabajo de la Uatre y defendieron la libertad de contratación.
Como se ve, quedaron muchos flecos sueltos y al acuerdo de marras le falta definir mucha letra chica.
El desaguisado comenzó el miércoles 26, cuando se reunió la Comisión Nacional de Trabajo Agrario a los fines de tratar las propuestas vinculadas a las tareas en los silobolsa. Pasado el mediodía se alcanzó un acuerdo entre las partes y se firmó una propuesta.
“Ese mismo día se nos comunicó que el presidente lo anunciaría al día siguiente en Renatre, ámbito que reúne a asalariados y patronal. Minutos más tarde, se informa que el anuncio sería realizado por el presidente el día viernes y desde Olivos, pero hacia el final del día tomamos conocimiento de que en el marco de ese anuncio se firmaría otro acuerdo”, denunció la Federación Agraria , que finalmente se negó a firmar esta versión del documento.