¿Por qué caemos en el pensamiento de que la ganadería del noreste argentino es marginal? En Weisburd, también conocido como El Bravo, ubicado en el noroeste de la provincia de Santiago del Estero, hay quienes consideran que ese es un pensamiento incorrecto.
“Incluso en el imaginario del ámbito de la producción se piensa esto. Pero yo no creo que estas sean zonas marginales, sino más bien distintas, en donde las razas sintéticas Braford, Brangus y Brahman se expresan por completo, con mayor adaptación en cuanto a enfermedades y clima, pero también con mejor e potenciales de producción que en otras zonas ganaderas del país. Producir entre 300 y 400 kilos de carne pro hectárea por año, no nos convierte en una zona marginal”, dijo a Bichos de Campo Luis Magliano, presidente de Óleos del Centro (ODC), un establecimiento que produce integrando ganadería, agricultura y energía y que además fue el primer campo del norte argentino en ser habilitado para exportar Cuota 481, de carne de feedlot.
Magliano fue más allá y hasta se atrevió a desafiar al modelo productivo de zonas de excelencia como Pergamino. Declaró que la rentabilidad del norte es más grande que la que se puede obtener en el centro del país. “En campos de Santiago del Estero, los potenciales de rinde agrícolas y ganaderos son similares a los de Pergamino, pero con un valor inmobiliario cuatro veces menor. Por ende, si hacemos el número final, podemos decir que son mucho más rentables estos campos”, remató.
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El productor aclaró que también hacen agricultura en su establecimiento. “Aunque tengamos una alta variabilidad climática, los potenciales de rinde también son muy importantes. Este año, por ejemplo, cosechamos maíces de 90 quintales por hectárea, y soja de 35 quintales por hectárea, lo que habla a las claras del potencial de la zona. La limitante que tenemos es la distancia de los puertos, pero eso lo salvamos al transformar el grano en carne”.
El presidente de ODC destacó la calidad carnicera de las razas con las que trabajan en su establecimiento y declaró que “Braford, Brangus y Brahman no sólo se adaptan perfectamente a esta zona, sino que su calidad de carne no tiene nada que envidiarle a las razas británicas que hay en el país”.
En Óleos del Centro cuentan también, desde 2017, con una mini-destilería de etanol para obtención de alcohol y de burlanda húmeda para alimentar al ganado bovino. Trabajan en total unas 35 personas, y según Magliano, lo que más orgullo le da es que “todos ellos son de un pueblo de no más de 2.000 habitantes, y los capacitamos en Córdoba, donde les mostramos otro tipo de producción”.
En lo que sí admitió Magliano que son cuidadosos es en el aspecto de la sustentabilidad. “Vengo de un padre que era apicultor, con lo cual tengo más arraigado el cuidado ambiental. Como productores, es fundamental ser sustentables con el medio ambiente y poder producir en condiciones silvopastoriles, con producciones ganaderas con árboles en donde se defienda el bosque nativo”, declaró.
Magliano agregó que “no somos sustentables solo en el modo ambiental, sino también en el social, ya que la ganadería también produce arraigo, y esa gente que hoy trabaja acá, si no tuviera esta actividad, tendría que emigrar hacia grandes ciudades. Por eso siempre digo que nosotros no fomentamos los pueblos rurales, sino la ruralidad en sí, que es lo que todavía le falta a la Argentina para generar trabajo desde el interior”, describió Magliano.