La política extorsiva del gobierno nacional para que la Provincia de La Pampa no suba ingresos brutos dio resultado a medias, y el problema parece encaminarse hacia una resolución bien a lo argentino: sin una negociación madura, cada uno atiende su juego.
El gobernador Sergio Ziliotto primero había anunciado una suba de Ingresos Brutos para el sector financiero: la alícuota para el Banco de La Pampa se incrementaría de 15,47% al 20%, y la del Banco Nación lo haría de 7% al 15,47%.
Frente a esta decisión, el ministro Luis Caputo amenazó con cerrar las sucursales del BNA en la provincia, y a su vez esta amenaza alertó a las entidades de productores agropecuarios, que tienen en ese banco una herramienta fundamental.
¿Cómo se arregló? Por ahora no se cumplirá esa amenaza, porque el gobierno pampeano retrocedió y no aplicaría la suba del impuesto sobre la entidad nacional, aunque sí sobre el resto del sector. La presión de los ruralistas fue fundamental para esta reculada.
Esta solución a lo guapo, sin negociones que terminen por solucionar los problemas de fondo ni de discutir la coparticipación de impuestos nacionales a las provincias, fue confirmada por el presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, quien se la adelantó a los integrantes de la Mesa de Enlace Pampeana, integrada por Carbap, la Sociedad Rural Argentina, Federación Agraria Argentina y Coninagro.
Según un comunicado de los ruralistas, Tillard “se comprometió frente a los dirigentes presentes a dejar sin efecto la medida de cierre de las sucursales, una vez que se efectivicen los anuncios realizados por el gobernador de manera oficial”. Es decir, avaló la política extorsiva llevada a cabo por el Ministerio de Economía contra La Pampa, dando crédito a la locura de que la banca pública dejaría sin sus servicios a ruralistas, vecinos y comerciantes solo porque los funcionarios de Nación y los de La Pampa no logran discutir las cosas como si no fueran chicos.
Los dirigentes rurales, que finalmente fueron utilizados como ariete de esta extorsión, habían acudido a la audiencia con las autoridades del BNA para “solicitarles que reconsideren la decisión de cerrar las nueve sucursales en La Pampa, ante la decisión del gobernador de dar marcha atrás con la duplicacion de la alícuota de Ingresos Brutos”.
Según el comunicado de la Mesa de Enlace, “Tillard les solicito a los dirigentes agropecuarios colaboración para evitar el aumento desmedido de impuestos en las provincias y municipios”. De las retenciones y las altas tasas de interés que ha llegado a cobrar el banco no dijo nada, parece. Y eso que un estudio de FADA sobre la presión fiscal sobre una hectárea agrícola deja en claro que más del 92% de esa presión surge de impuestos nacionales, y que la mayoría de ellos no son coparticipables.
Quizás haya a futuro alguna chance de discutir más seriamente este problema de fondo, ya con funcionarios maduros y que no utilicen la extorsión (y pongan a los productores como variable de ajuste) como método de negociación. De hecho, el comunicado dice que “la dirigencia agropecuaria pampeana y las autoridades del Banco Nación se comprometieron a mantener el diálogo abierto con el propósito de seguir mejorando la relevante herramienta financiera que significa la banca pyme, federal y regional del Banco Nación para los productores”.
Sobre la Gerencia Zonal, Tillard manifestó la necesidad de seguir evaluando la situación, ya que el Banco está desarrollando un proceso para lograr mayor eficiencia regional.