Este asunto despertó una dura polémica, denuncias cruzadas por corrupción e incluso hubo denuncias penales contra el ex presidente Mauricio Macri y el ex presidente del Senasa, Ricardo “Ricky” Negri que luego no prosperaron: en octubre de 2017, el anterior gobierno cargó contra el histórico sistema de control de los buques cerealeros y aceiteros que llegaban especialmente a la zona portuaria del gran Rosario, para llevarse la cosecha argentina de granos y subproductos hacia otras latitudes.
Aquella modificación trajo cola: el personal del Senasa que se dedicaba a inspeccionar las bodegas de todos los barcos para certificar que no trajeran ratas u otras plagas extrañas al país, fue corrido para poner en su lugar un sistema de certificadoras privadas que no iban a ingresar a todos los buques sino a una parte de ellos, abaratando los costos para los operadores privados y reduciendo las posibilidades de que el personal público cayera en la tentación de la corrupción.
En marzo de este año, luego del cambio de gobierno, con el regreso del peronismo al poder, se especuló con que habría una marcha atrás en este aspecto. Pero eso finalmente no sucedió: este jueves el Senasa confirmó que las firmas certificadoras seguirán siendo las responsables de seguir con el procedimiento ideado por la gestión de Cambiemos.
“Se acredita que el funcionamiento del sistema garantizó el cumplimiento de los requisitos mínimos esenciales para la recepción de granos, sus productos y subproductos en bodegas y tanques”, definió la Resolución del Senasa que en vez de volver todo a fojas cero, y devolver la potestad del control a los funcionarios del Senasa, insiste con un manejo pseudo privatizado de los controles, como había decidido el macrismo. .
Entre las justificaciones de esta decisión, las nuevas autoridades de Senasa reconocieron que “los operadores y usuarios manifestaron que el mismo (por el sistema implementado en 2017) brindó una mejora notable en el ambiente de operaciones, redundando en un aumento de la transparencia y la integridad y en un avance en el comercio internacional de granos”.
Pero el Senasa, dirigido por Carlos Paz, consideró que antes de bendecirlo había que hacer algún retoque al sistema de control de cargas en los puertos cerealeros, en especial para “determinar claramente los procedimientos de supervisión que ejecuta el Senasa con respecto a las entidades certificadoras”.
Por eso, en una resolución publicada en el Boletín Oficial, y luego de confirmar el “Procedimiento de supervisión del Sistema de control de aptitud de carga de bodegas y tanques de buques y barcazas para exportación de granos, sus productos y subproductos”, el organismo sanitario definió en el artículo 2 de la normativa un “Procedimiento de Selección de Buques” a ser inspeccionados.
Además, en el punto 4, se definió que las empresas certificadoras que harán el trabajo de control “!debe proceder a realizar la verificación in situ del cumplimiento de los requisitos establecidos” para los buques cerealeros “con la intervención exclusiva de verificadores acreditados ante el Senasa”.
Antes de expedir un certificado de “aptitud” para cada caso, “las entidades certificadoras deben confeccionar un Informe de Inspección que contenga fotografías, video filmaciones y todo otro registro, en cualquier tipo de soporte tecnológico, donde se observen y registren las instalaciones supervisadas”.
“Estos documentos probatorios deben ser mencionados en el informe y quedar a disposición de la autoridad de aplicación para cuando esta lo requiera. Las imágenes y las filmaciones deben mostrar claramente las instalaciones inspeccionadas, sus proporciones y características”, definió el Senasa, guardandose para si la posibilidad de revisión de un permiso.