La siembra de maíz en la campaña 2024/25 podría sufrir una baja interanual de 21%, lo que equivale a unas 2 millones de hectáreas menos, según el primer pronóstico de los analistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). De este modo, se interrumpiría un largo periodo de crecimiento que arrancó hace 9 años, y que permitió a este grano forrajero incluso superar en volumen a la oferta de soja.
“El cultivo estrella de Argentina, que se consolidó como el abanderado del avance tecnológico, cae ante la incertidumbre de la chicharrita y el clima”, escribió Cristián Russo, el coordinador de la Red GEA de la Bolsa rosarina, al dar a conocer este estimación preliminar sobre la siembra de maíz. Las razones para proyectar un descenso del 21% en las siembras son “la incertidumbre de la chicharrita y el clima”.
“Para el maíz 2024/25 se proyecta una caída interanual del área de un 21%, equivalente a 2 millones de hectáreas. De materializarse estas primeras intenciones de siembra, no habría habido una reducción relativa de área de esta magnitud en 17 años en este cereal. Esto es desde la campaña 2008/09. El maíz tuvo 9 campañas consecutivas en las que el área no paró de crecer: desde el ciclo 2014/15 hasta el reciente ciclo 2023/24, cuando marcó un récord de siembra”, indicó el informe de la bolsa.
De concretarse la reducción del área de 21%, se estarían cubriendo 7,67 millones de hectáreas con maíz, y de esta manera la Argentina podría producir solamente unas 49 millones de toneladas si los rindes son los promedios. “Este cálculo contempla un escenario normal de clima y tiene en cuenta que 6,17 millones de hectáreas serían cultivadas para grano”, indicó el análisis, que recordó que el área implantada con maíz 2023/24 había llegado a 10 millones de hectáreas.
De todos modos, en la campaña que terminó esa siembra récord no se plasmó en una mayor producción (este año también se produjeron 49 millones de toneladas) debido a la aparición de una enfermedad llamada Spiroplasma, que redujo de modo considerable los rendimientos.
La irrupción de la chicharrita -vector de esa enfermedad- en el ciclo anterior es una de los principales causas de la contracción que se espera en la nueva campaña. “Hasta hace poco, la enfermedad que causa el achaparramiento del maíz era endémica del norte del país, pero el nivel de población de la chicharrita creció en forma alarmante, expandiéndose territorialmente en la última campaña. Llegó a afectar significativamente al maíz en el centro del país e incluso a tener presencia en el sur de la región pampeana”, explicó Russo.
En el norte del país los rindes por estas enfermedades han caído entre un 50 y 70%. Chaco y Santiago del Estero son las dos provincias más afectadas y por eso “en estas provincias se está manifestando una caída en la intención de siembra del maíz de 50 a 80%”.
En el centro y norte de Córdoba y Santa Fe, en tanto, las pérdidas de área (superficie que no pudo ser cosechada) por los efectos de la chicharrita van del 20 al 35% y ahora la caída en la intención de siembra va de 30 a 50%.
Siguiendo la información brindada por el SIBER, de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, la caída en la intención de siembra de maíz en esa provincia estaría en torno de 30%.
El centro y sur de Buenos Aires y la provincia de La Pampa no han registrado el impacto del achaparramiento de la chicharrita en los rindes de la campaña 2023/24 y, en principio, manifiestan una intención de siembra 2024/25 similar a la de la campaña precedente.
Por otro lado, el clima también ayuda a este pronóstico. “Lamentablemente en las últimas 4 campañas las lluvias de setiembre han estado bastante lejos de cumplir con las estadísticas mensuales de precipitaciones. El de este año plantea un panorama muy difícil y de alta incertidumbre para el maíz, que se ve reflejado en un fuerte retraso de ventas de insumos. Aún en el mejor de los casos, en el que llueva en la primavera como el sector espera, gran parte de la siembra maicera argentina quedaría concentrada en fechas tempranas y con un alto riesgo climático ante falta de lluvias en el periodo crítico, es decir, entre diciembre y enero”, explicó la BCR.
21%? Nada mas?