Se lo puede ver haciendo restauraciones de máquinas, o contando algo previo a alguna actividad. “Lo que más me gusta es el contacto con la gente, ese ida y vuelta, con gente que anda por otros lugares, lo disfruto mucho”, dice Luciano “Lucho” Zazzarini, ingeniero agrónomo y martillero público con solo 27 años. Su historia se puede escuchar en el último capítulo de El podcast de tu vida.
En el pueblo todos lo conocen como “Zazza”. Vivió en el campo hasta los 8. Ese campo en el que se instalaron sus bisabuelos cuando llegaron de Italia en la zona rural de Cañada del Ucle. De aquel comienzo pasaron casi 100 años ya. Las máquinas se siguen moviendo… pero a otro ritmo.
En la charla, Zazza se refiere también a su pasión por la música. Toca varios instrumentos: “Arranqué con piano desde los 8, también toco acordeón, bajo y algo de guitarra, un poco de todo, medio mal, pero es terapéutico”, se ríe. Pasen y lean…
-Contame de tu infancia. ¿Dónde? ¿Haciendo qué? ¿Qué disfrutabas?
-Nací en Firmat, pero vivimos en el campo hasta que tuve 8 años. En el mismo campo que vivieron mis bisabuelos, mis abuelos. Todos. Fue en el campo y en Cañada del Ucle. Dicen que los hombres no maduran, cambian el tamaño de sus juguetes. Y fue así. Jugaba con tractorcitos y ahora los manejo.
-¿Qué olores, sabores, más de lo sensorial, se te viene a la mente de esa época?
-Las reuniones en el campo tenían un gustito diferente. Nosotros no fuimos tan de campo, con esas ollas grandes, pero sí me acuerdo de las comidas de mi abuela. Asados familiares. Somos mucho de mirar el TC. El domingo era religioso fideos caseros y carreras.
-¿Te despertabas con tu viejo escuchando la clasificación por la radio?
-Si, sí. Hoy se perdió un poco por la modernización del TC. A mi viejo no le gusta tanto ya. Yo sí lo sigo. Antes era más rústico.
-Era más parecido al auto que usabas vos.
-Es como el TN ahora.
-¿Y qué legado recibiste de tus viejos?
-Principalmente los valores. Creo que es una de las cosas que más me inculcaron: la responsabilidad, la amabilidad. Todo relacionado con los valores. Que hoy tristemente se han perdido bastante. Uno llega a la calle con la palabra y el mundo afuera es bien diferente a lo que estábamos acostumbrados en el campo. Te decían una cosa y se cumplía. Y cuesta. Yo lo viví de chiquito. Pero me enseñaron a hacerle caso a mis pasiones más allá de lo que se dice en la sociedad. Por eso seguí con el campo, con la música. Son las cosas que me hacen bien y me mantienen vivo.
-Llegó el momento de estudiar. Elegiste agronomía. ¿Tenías un plan B? ¿Por qué elegiste esa carrera?
-A mí siempre me dieron la libertad de hacer lo que tenía ganas. Pasó conmigo y con mi hermana. Nunca me cortaron las alas. Pero sí, dentro de lo que me gustaba, algo había que estudiar. Una de las cosas que tenemos nosotros, es que de lo que vos hagas, siempre esforzate por ser el mejor. A veces no se llega a ser el mejor. Pero intentalo. Si lo intentás vas a llegar a tu mejor versión. Por eso le metí a Agronomía, pero también me gusta la parte de la comercialización y los negocios. Entonces cuando cursé Agronomía. Vino la pandemia cuando estaba en quinto año. Llegó el momento de rendir y no había exámenes. Se empezó a retrasar todo. Cuando pude rendir, en marzo-abril de 2021 se cerró todo de nuevo. Y no te digo que entré en una depresión porque soy muy resiliente, como el cuento del burro que se cayó en el aljibe, le tiraban tierra, se la sacudía, la pisaba y así salió. Yo soy así. Creo eso es de italiano, porfiado.
-¿Entonces?
-Necesitaba algo que me motive a seguir estudiando, porque le había perdido las ganas a recibirme con la pandemia. Eso fue en abril. Estaba cosechando, ese día estuve mal mal. Yo tengo una canción de Coldplay que me rescata siempre, que es Paradise. Al otro día se me presentó un negocio espectacular por una chata, que fue mi primer camioneta, después mientras comíamos un asado saltó que se daba Martillero Público en Firmat, que es acá cerca. Y así se empezó a dar todo. Martillero la hice en dos años y mientras iba rindiendo las que me quedaban de agronomía. En 2023 me recibí de agrónomo.
-¿Qué es lo que más te gusta de lo que hacés hoy?
-A mí me gusta casi todo lo que hago. No hay casi cosas que no me gusten. Hacer aplicaciones es lo que menos me gusta por ahí. No me encanta. Pero si me toca lo hago. Cualquier trabajo lo hago con ganas. Y ando en todo. Con mi viejo le metemos los dos.
-¿Y lo que más te gusta? Cosecha, siembra, ¿cultivo que más te gusta?
-Todo está bueno, pero me gusta más la cosecha por sobre el resto. Pero la siembra me encanta. Pasar el disco también. Lo disfruto mucho. Cuando llega el momento de trabajar me cambia el humor al 100. Mientras sea trabajar y en el campo, me gusta. Yo soy agrónomo, pero las actividades de agrónomo son las que menos me gustan. Quizás recorrer lotes, eso no lo disfruto tanto.
-Te veo más con los fierros… restaurando tractores, casillas…
-Si, eso es lo que me gusta. Hacer la agronomía pero desde el lado de la acción. Estar en el campo. Obvio que tenés que saber. Ganar experiencia. Un poco de lo técnico, otro de conocimiento cultural. Yo hoy agradezco la Agronomía que me dio las herramientas para optimizar el proceso productivo.
-Tenés más de 60.000 seguidores en Instagram, ¿Qué tratás de contar, mostrar, comunicar en redes sociales?
-Yo arranqué a hacer contenido más elaborado hace dos años o un poco más. Siempre puse cosas de campo más allá del qué dirán. Antes capaz no me animaba a hablar tanto como ahora. Y así arranqué, con 2000 y pico de seguidores de mi zona, amigos, y después se fue sumando más gente y más y más y acá vamos. A mí me encanta estar en contacto con la gente. De los contactos surgen las oportunidades. Está buenísimo charlar con gente de otras zonas, con otras realidades. Generalmente, por mi forma de ser, no tengo hatters, porque al que me bardea no le doy bola. Y lo más loco es haber ido a algún lado, una muestra, que me pidan una foto. De locos.
-¿Y tenés detectado qué tipo de cosas son los videos que más se ven?
-El Instagram tiene distintas variables. Depende de cómo y cuándo lo subas. Hay videos que a la gente le gustan más y son sencillos, y hay otros más complejos, que te re esmeraste y no les gusta, o no lo ven. Pero te diría que lo que más gusta son las máquinas trabajando, o los videos de restauraciones, cuando muestro cosas puntuales. O limpiar el interior de una máquina, cómo lo hago. Y a veces hay muchas cosas que estaría bueno mostrar, pero estás laburando y no da andar con el teléfono. Que se yo.
-¿Mascotas? ¿Tenés? ¿Tuviste? ¿Te gustan?
-Soy muy perrero. Siempre tuve perros en el campo y en el pueblo. Cualquier perro que pasa le acaricio la cabeza, le rasco la panza. Tengo mucha afinidad, los disfruto. El que me acuerdo que teníamos en el campo era un mantonegro que se llamaba Cacique. Y teníamos una perra. Y nos robaron esa yunta. Después tuvimos un boxer que se llamaba “El capo”, que se murió de viejo. Hoy tengo un Labrador que se llama Filippo. El anterior se llamaba Donato.
-Llegamos al pin-pong de El podcast de tu vida, y la primer pregunta tiene que ver con ¿Qué actividades te resetean? Te cambian la bocha…
-Tengo varias. Pero cuando estoy medio abrumado salgo a caminar. Una hora, una hora y media con música. Otra es tocar instrumentos un rato. Son un cable a tierra. Toco el piano, que arranqué a tocar a los 8; también el acordeón, el bajo, un poco la guitarra. Un poco de todo, todo medio mal, pero de todo. Pero es terapéutico.
-¿Cómo te va con los deportes?
-Ojota. Malo para todo. Jaja… Siempre jugué fútbol, tenis, y desde 2018 a 2021 corrí en karting, ahí no me iba tan mal, estaba tercero en el campeonato, terminé sexto, después dejé.
-¿Qué tal te va como cocinero? Parrilla, olla, horno…
-Me defiendo bien. Me gusta hacer comidas elaboradas, pero una especialidad no tengo. Me motiva cocinar para varios y una ocasión especial. No me copa la diaria. Eso no. Después, Parrilla, algo con salsas. Unos ravioles. Un costillar al doble fuego.
-¿Algo que hayas aprendido de tu madre o tu abuela?
-Me influenciaron bastante. Salsas las copio de mi abuela. Por ejemplo, uno de los últimos recuerdos que tengo de mi abuela, una vez que trabaje de la quinta, la huerta, un bolsón de acelga e hicimos como 150 sorrentinos, todo casero. Llenamos la mesa. Salieron buenísimos.
-¿Tu desayuno habitual?
-Dos mates y arranco. Ese es mi desayuno. Mal, pero es lo que hay. Me re cuesta desayunar. Capaz que a las 10 sí me gustaría desayunar, pero es una hora complicada.
-¿La mejor comida de casilla?
-Algún asado, seguro. Eso no falla. Nosotros no somos mucho de los guisos, algo que se acostumbra en la casilla.
-¿Algún lugar que conozcas que te haya gustado y volverías?
-De Argentina me apasiona el sur. Me gusta mucho el frío. Toda la zona de Bariloche, Traful, San Martín de los Andes, Calafate… Y de afuera, Italia. Tengo un recuerdo muy lindo, seis de la tarde, frío de locos en Roma. Lloviznaba. Pero le dije a mi familia: “No nos vamos a quedar a dormir”. Nos fuimos los cuatro a Trastévere, un barrio antiguo de Roma, y es el mejor recuerdo que tenemos de las vacaciones.
-¿Y algún lugar que te gustaría conocer?
-Suiza. Me encantaría.
-¿Sabés de qué lugar de Italia es tu familia?
-Son de Ancona, Osimo, del municipio de Macerata.
-¿Son de campo allá?
-Si, pero viste que como son parcelas son chicas, las nuevas generaciones tiene que trabajar de otra cosa porque no les da para vivir todos de eso. El viejo, que todavía vive, tiene 8-9 hectáreas ahí en Osimo, y hace todo lo que es verduras. Y llevan al mercado.
-No sé si sos de mirar series o películas, Cuándo mirás, ¿por dónde vas?
-Depende el día, qué elijo ver. Me gusta ciencia-ficción futurista. No tipo Marvel. Por ejemplo, “Los 100”, que tiene siete temporadas me gustó mucho.
-Si pudieses tener un superpoder, ¿Cuál te gustaría tener?
-¡Qué pregunta! Creo que me gustaría viajar en el tiempo, no para cambiar cosas que yo hice sino para entender cosas que justifican lo que pasa hoy. Por ejemplo, hacer un viaje al 1800. Y analizo por qué. Me apasiona saber por qué pasan las cosas y cómo la decisión que tomé cuando tenía 10 años me marcó para más adelante.
-¿Cuándo escuchás música por dónde vas? Y qué tema elegís para cerrar la charla…
-El el último wrapp (N de la R: resumen de tus canciones más escuchadas del año) de Spotify me salió Coldplay primero, segundo Passenger, tercero Kevin Kaarl, un mexicano. Y cuarto Los Palmeras. Soy todo eso. En el día cuando ando trabajando, generalmente escucho cumbia. Vos pensá que vivo en el sur de Santa Fe pero a 60 kilómetros de provincia de Córdoba. Y te acercás a pueblos fronterizos y ya todo es cuarteto. Cañada del Ucle, donde estoy yo, es transición, tenés cumbia y cuarteto. Yo soy más de la cumbia, no tanto del cuarteto. Me gustan Los Palmeras, Mario Luis, Mario Pereyra… va por ahí. Eso en el día. Pero cuando tengo un momento para mí, va Coldplay, Passenger, música más tranqui. También Red Hot. Y de piano me gusta un compositor italiano que se llama Ludovico Einaudi que tiene unas canciones buenísimas. Me gusta el estilo.
-¿Y entonces? ¿El tema?
-De Coldplay, “Paradise”. Aunque ahora que lo pienso es medio depre para terminar un podcast. Mejor poné, del último álbum, “Good feelings”, esa es tremenda, para terminar bien arriba. Te levanta.