Con 28 años de expertise en la industria del salmón, Daniel Ríos es uno de los integrantes de la firma Idris Patagonia que más sabe de las vicisitudes del negocio acuícola, y otro de los chilenos que hoy “patean” la Patagonia para hacer crecer aquella producción.
Ubicada en el Embalse Piedra del Águila, otro de los espejos de agua que es compartido por las provincias de Río Negro y Neuquén, aquella empresa de capitales chilenos lleva seis años de producción ininterrumpida en el país, apuntando siempre a la gran escala. Esto queda de manifiesto al visitar su piscicultura, de la que salen por año 9.000 toneladas de trucha arcoíris, que esperan transformar más pronto que tarde en 10.000.
Pero aquella gran escala e influencia chilena es temida por muchos dentro del negocio, ya que ese país tiene una larga historia de problemas sanitarios, que décadas atrás los llevaron a ser (al igual que ocurrió en otros países) dependientes del uso de antibióticos. El miedo aumenta con cada importación de ovas que la firma realiza, lo que para otras empresas del sector representa una posible vía de ingreso de patógenos. Frente a esto, Ríos tiene una respuesta clara: “los riesgos sanitarios no tienen nacionalidad”.
Durante una visita de Bichos de Campo a las instalaciones de Idris Patagonia, su actual jefe de producción dijo: “El riesgo puede ser de cualquier compañía e industria del planeta. Lo que estamos haciendo nosotros acá es no cometer los errores que cometimos 25 o 30 años atrás en Chile. Nosotros aprendimos y hoy día partimos de algo mucho más alto. En Idris tenemos un nivel bastante bueno, creo que el mejor de Argentina por lo que conozco”.
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