Los productores, operadores e incluso analistas estadounidenses no entienden qué está sucediendo: en plena cosecha de maíz los precios del cereal se reafirman para incluso divorciarse del maíz sudamericano (que está muy tranquilo).
Semejante tendencia no tiene mucho sentido porque además existe un factor bajista coyuntural para el maíz en EE.UU: una bajante histórica del río Mississippi que está complicando la salida del cereal por la principal vía exportadora agroindustrial del país.
La razón de ese fenómeno tan inusual reside en la incertidumbre presente en la Argentina, país que, según las proyecciones del USDA, debería ser el tercer exportador en importancia en el ciclo comercial 2022/23 (por detrás de EE.UU. y Brasil).
El primer obstáculo presente en la Argentina es climático. Una extensa sequía está complicando las siembras de maíz temprano en vastas zonas del país, lo que podría comprometer la oferta del cereal en abril/mayo de 2023. Si en las próximas semanas la restricción hídrica se revierte, podrá avanzar la siembra de maíz tardío, pero el mismo recién estaría disponible hacia mediados del año que viene.
El segundo obstáculo es político. Las exportaciones de maíz en la Argentina están intervenidas por el gobierno nacional y el registro de ventas externas del ciclo 2021/22 se encuentra cerrado hace meses. Pero, ante la incertidumbre generada por la sequía, también está cerrado de facto el registro de exportación de maíz 2022/23.
El escaso volumen de exportaciones de maíz 2022/23 que se pudo declarar hasta el momento es bajísimo respecto de los niveles históricos normales.
Por otra parte, el país que debería ser el cuarto exportador mundial de maíz en el ciclo comercial 2022/23, Ucrania, depende de la buena voluntad del gobierno ruso para poder realizar embarques del cereal a cuentagotas, algo que es tan incierto como el desenlace de la guerra entre ambas naciones.
Ukraine accuses Russia of blocking full implementation of grain deal https://t.co/KUZuojFq96
— Reuters Ag News (@ReutersAg) October 24, 2022
En ese contexto, donde EE.UU. va camino a levantar una cosecha de maíz bastante inferior a la proyectada inicialmente y está atravesando una sequía que liquidó buena parte de las reservas forrajeras de las regiones ganaderas, los importadores están más que interesados en originar maíz en EE.UU. para asegurarse la mercadería.
Foto @evantwedt
Las mejores tierras ucranianas están en el sur: plena guerra y sin fertilizantes a nivel nacional.
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