En el último mes muchos especuladores comenzaron a liquidar posiciones en contratos de harina de soja del CME Group (“Chicago”) ante la perspectiva de que un nuevo “dólar soja” en la Argentina haga “reventar” la oferta de ese producto en el mercado internacional.
Finalmente, con la conformación oficial del lanzamiento de la tercera edición del “dólar soja”, esa tendencia debería profundizarse, pero –insólitamente– sucede lo contrario.
Este viernes se está registrando una “ola vendedora” de productos agroindustriales en el CME Group que promueve bajas generalizadas de precios, con la excepción de los futuros más cercanos de la harina de soja, que están operando con subas intradiarias.
El contraste no podría ser más evidente. Adicionalmente, las posiciones correspondientes a la nueva temporada comercial de la harina de soja estadounidense –octubre de 2023 en adelante– están cotizando con bajas intradiarias.
Tal fenómeno se explica porque, luego de analizar las características del anuncio realizado por el ministro argentino Sergio Massa esta semana y evaluar el contexto general presente en el país sudamericano, no son pocos los operadores que estiman que el éxito del nuevo “dólar soja” será muy limitado.
Con esa hipótesis, la capacidad de exportación de harina de soja de la Argentina seguirá estando comprometida en el transcurso de los próximos meses y ese “agujero” de oferta no puede ser compensando por ninguna otra nación.
Brasil está realizando grandes esfuerzos para atender la demanda de harina de soja que está dejando vacante la Argentina, aunque su capacidad de respuesta es limitada porque debe atender las necesidades de su pujante industria cárnica en el mercado interno.
La Asociación de Exportadores de Cereales de Brasil (Anec) proyectó que el país en el presente mes de abril exportaría 1,85 millones de toneladas de harina de soja, una cifra similar a la embarcada en el mismo mes de 2022.