El senador José Mayans le puso precio a la paz social desde el kirchnerismo: para alejar las nubes de odio que se posan sobre la vicepresidenta Cristina Kirchner directamente propuso absolverla de toda posible culpa en la causa Vialidad. Algo parecido quiere hacer el nuevo secretario de Comercio de Sergio Massa con su antecesor en el cargo, el contador kirchnerista Roberto Feletti. En efecto, Matías Tombolini pretendería cancelar esta misma semana las cuentas pendientes del escandaloso Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA) y retomar con otro sistema a partir del 1 de octubre, como si nada hubiera pasado.
La impunidad para la actuación de Feletti que Tombolini propone a las cámaras de la industria molinera sería total, a punto tal que el funcionario massista les pidió en la única reunión que mantuvo con ellas que sus asociados firmen un documento desistiendo de todos sus reclamos judiciales en torno al fideicomiso triguero que los tiene escandalizados desde comienzos de este año.
Siempre hay que repetir esta historia para entenderla. En diciembre de 2021 Feletti propuso armar un fideicomiso para subsidiar la bolsa de harina y así desacoplar los precios del trigo interno del internacional. Lo logró recién en marzo, con la excusa de que la guerra había elevado todavía más los valroes del cereal. Economía subió las retenciones al complejo sojero y así el Estado comenzó a recaudar unos 400 millones de dólares anuales con ese objetivo. La plata iba a un fideicomiso administrado por el BICE. El único problema es que ningún molino quiso aceptar el subsidio y las cámaras del sector se opusieron argumentando que los subsidios no iban a llegar a bajar el precio del pan, como prometía Feletti, pues el trigo es apenas uno de los componentes que terminan definiendo el precio.
Ningún molino adhirió al sistema, salvo dos. El más poderoso del mercado, Molino Cañuelas, y una pequeña empresas pampeana llamada Molisud. Feletti acomodó las resoluciones como para que la letra chica favoreciera claramente a Cañuelas, que tiene más del 20% de la molienda total y un pasivo de cientos de millones de pesos con la AFIP que entraron en concurso de acreedores. Por ejemplo, el ex secretario habilitó que el subsidio alcance a las harinas más finas y a las premezclas, que son el fuerte de Cañuelas y que no se utilizan para hacer el pan común, que era el que se quería subsidiar.
En mayo, horas antes de dejar el cargo, Feletti ordenó pagar 1.400 millones de pesos a los únicos dos molinos adherentes (obviamente 95% del dinero fue a Cañuelas y su controladora Molinos Florencia), frente a la atónica mirada de los otros 155 molinos, que empezaron así a sufrir una competencia desleal propiciada desde la propia Secretaría de Comercio Interior. Por este pago, Feletti fue denunciado por diputados de la Coalición Cívica y quedó imputado en una causa penal que investiga los hechos.
Luego siguieron los sucesivos secretarios de Comercio (sí, la Argentina tuvo cuatro responsables del área en escasos cuatro meses) y el sistema fue ratificado por todos ellos, aunque también comenzaron a demorarse los pagos a Cañuelas (y a otro puñado de molinos que vieron que no quedaba otra que anotarse para no perder mercados en manos de la harina subsidiada de la competencia). Nadie controló cuánta harina subsidiada finalmente se vendió ni se informaron los volúmenes totales. Lo cierto es que el pan común igual subió de precio, incluso mientras el trigo bajaba: de 250 a 350 pesos.
Ahora los panaderos amenazan llevarlo a 400 pesos por kilo y Tombolini finalmente decidió desactivar el monstruo que había generado su antecesor en el cargo. Pero muy lejos de transparentar lo que sucedió y reconocer el fracaso, quiere propiciar un “aquí no ha pasado nada”. Según fuentes de la industria molinera, Comercio quiere pagar esta misma semana la friolera de casi 5.000 millones de pesos del fideicomiso que supuestamente se adeudarían a Molinos Cañuelas. Después de eso, la intención de Tombolini es reorientar los fondos a subsidiar directamente a las panaderías, en un programa parecido al que se aplica en el Pre-Viaje.
“Están acelerando para sanear actos internos en el FETA. Quieren liberar el pago a Molinos Cañuelas esta semana y poner en marcha un nuevo FETA el primero de octubre”, informaron las fuentes a Bichos de Campo. Pero el pacto de impunidad pretendido sería total, ya que Comercio Interior pidió a las cámaras de la industria molinera firmen un documento desistiendo de medidas judiciales ante eventuales perjuicios sufridos hasta ahora.
Tombolini, de todos modos, enfrenta un problema no menor de cara a la nueva implementación del fideicomiso renovado: el departamento especializado del BICE estaría rechazando ser el agente administrador del fideicomiso. Y lo mismos sucede con la firma BDO, que era la encargada de hacer las auditorías hasta el momento.
La mejor evidencia de que hubo cosas no demasiado claras en el fideicomiso ideado por Feletti casi a medida de Cañuelas -que enfrenta desde 2021 un concurso de acreedores por más de 1.300 millones de dólares- es que el nuevo fideicomiso destinado a las panaderías se propone limitar los subsidios a la harina triple 000, que es la que se utiliza para el pan común, y no repartir dinero de la soja para abaratar las harinas especiales dedicadas a un público de mayor poder adquisitivo.