Daniel Lavallén es un histórico referente de la ganadería de Río Negro que además integra la mesa nacional de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas). En diálogo con Bichos de Campo, expresó la preocupación que sienten quienes producen carne y frutas por debajo de la Barrera Sanitaria Patagónica, ubicada en el Río Colorado, por un “relajamiento” de los controles justo cuando más se necesita preservar el estatus sanitario logrado por la región.
Hace pocas semanas atrás, desde un frigorífico de Viedma se iniciaron los cargamentos de carne vacuna a Japón, en un hito histórico para la Argentina ya que ese país exigía hasta ahora riesgo cero a sus proveedores de carne y nunca había ingresado allí un corte vacuno de esta parte del mundo. En materia animal, la Barrera Patagónica asegura a las provincias del sur la condición de “zona libre de fiebre aftosa sin vacunación”. Al norte de ella, los animales se vacunan. Al sur no.
“Es un logro enorme. Y Hay muchas posibilidades también para que se exporte carne ovina a Japón, pues ya hay tres frigoríficos de Río Gallegos (en Santa Cruz) habilitados para hacerlo”, explicó Lavallén, convencido de que la apertura del mercado nipón a las carnes patagónicas no se quedará solo en una foto sino que implicará posibilidades concretas para los productores de la región.
Ver Japón, un mercado naciente para las carnes de la Patagonia
Pero de inmediato, el dirigente rural aclaró que todo dependerá de cómo funcione la Barrera Sanitaria del Río Colorado. “Queremos que la barrera se refuerce y los controles se apliquen como deben aplicarse. Es el planteo que le estamos haciendo al gobierno nacional”, reveló Lavallén.
Mirá la entrevista completa con el dirigente patagónico:
El rionegriono comentó que la semana pasada, por este tema, mantuvieron una reunión con el subsecretario de Ganadería, Rodrigo Troncoso. Como opción, los productores plantearon al funcionario la posibilidad de que vuelva a intervenir la FUNBAPA, una fundación mixta que en los años noventa timoneó la gestión de la barrera patagónica, pero que a partir de 2014 fue desplazada por el propio Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Esta suerte de “estatización” de la lucha sanitaria en la región, que no solo tiene su capitulo Rojo sino que es clave también para varias luchas contra plagas vegetales como la Mosca de la Fruta y la Carpocapsa, también generó muchos problemas de gestión, por la existencia de conflictos sindicales que se agravaron mucho últimamente, debido a la gran cantidad de despidos que se produjeron en el organismo sanitario nacional.
“Hay muchos conflictos. Nosotros en eso somos críticos, porque con el control sanitario no se puede jugar. Para nosotros hay que ajustar muchas cosas y ser más estrictos”, reclamó el dirigente ganadero.