Los administradores de fondos de inversión agrícolas que operan en el mercado estadounidense CME Group profundizaron esta semana la liquidación de posiciones en maíz para terminar de “dinamitar” las apuestas alcistas que habían comenzado a construir desde agosto pasado.
El martes de esta semana –según los últimos datos publicados por la Commodity Futures Trading Commission– los administradores de fondos de inversión agrícolas acumulaban una posición neta de 158.387 contratos de maíz del CME Group (futuros + opciones) versus 235.393 y 213.200 una y dos semanas antes. Las operaciones se difunden con algunos días de retraso para evitar que tal información impacte en las cotizaciones de granos.
Tal como anticipó en su momento Bichos de Campo, si bien el balance interno de oferta y demanda de maíz en EE.UU. está lejos de ser holgado, un factor internacional –hasta geopolítico podría decirse– hizo colapsar el entusiasmo que los operadores de fondos agrícolas habían depositado en el cereal.
China comenzó recientemente a comprar maíz brasileño con el propósito de comenzar a priorizar ese origen en desmedro del cereal estadounidense. Esta semana, frente a esa novedad, el organismo oficial brasileño Conab ajustó la proyección de exportación de maíz brasileño 2021/22 a 41,5 millones de toneladas versus 38,5 millones previstas apenas un mes atrás. Y para el próximo ciclo 2022/23 estima que las ventas externas del cereal podrían llegar a 45,0 millones de toneladas gracias al impulso de la demanda china.
Hasta comienzos de este año, China se abastecía de maíz prácticamente en sólo dos orígenes: EE.UU. y Ucrania, pero, luego de la invasión rusa a este último país, ese proveedor quedó comprometido. Además, debido a la cuestión taiwanesa, la relación entre EE.UU. y China está en un momento álgido.
En ese marco, el gobierno chino, además de promover mayores compras de productos alternativos –como sorgo y cebada forrajera–, salió a buscar nuevos proveedores de maíz. Y estableció negociaciones con el gobierno brasileño con el propósito de empezar a embarcar maíz brasileño a partir de la presente campaña comercial.
Esa noticia, por supuesto, si bien es claramente bajista para el maíz estadounidense, tiene el efecto inverso en Sudamérica en general y en Brasil en particular. El potencial exportador de Brasil, vale recordar, es gigantesco.
Las posiciones netas surgen de la diferencia entre las posiciones compradas (“long”, que fijan un precio techo y por ende apuestan a un mercado alcista) y las posiciones vendidas (“short”, que fijan un precio piso y por lo tanto apuestan a un mercado bajista.