La Secretaría de Agricultura confirmó el jueves que el contador Luciano Zarich, a cargo hasta ahora de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA), pasará a ser el flamante subsecretario de Mercados Agropecuarios, y así acumulará importantes funciones de control sobre todo el universo de cuotas y permisos de exportación que pesan sobre el agro argentino, tanto en carne vacuna como en los granos y sus derivados. Además ya tiene bajo su responsabilidad el RUCA (Registro Único de Empresas Agroalimentarias), que define qué empresa puede operar en el sector y cuál no.
Nosotros, como periodistas especializados en agro, ya hemos dicho que esa designación no nos agrada, básicamente porque un funcionario de esas características debería desbordar transparencia. Para nosotros, que no decidimos nada claro, Zarich simboliza todo lo contrario: no brinda información pública sobre las Declaraciones Juradas de Exportación de Carnes (DJEC) que pasan por sus manos ni tampoco pudo explicarnos nunca cómo fue que aprobó a ciertas empresas fantasmas que terminaban, en la última gestión presidencial de Cristina Kirchner, recibiendo ROE Verde para exportar trigo o maíz.
Diría Serrat, “entre esos tipos y yo hay algo personal”. Pero es mucho más grave que eso. Es el Estado el que debe responder por los actos de sus funcionarios.
Los periodistas argentinos tenemos muy pocas herramientas para verificar las conductas de los funcionarios públicos: no se hacen conferencias de prensa, los voceros se convierten en tabiques más que en colaboradores de los periodistas, las agendas de reuniones ya no se publican, ya han aprendido a burlarse de los pedidos de acceso a la información pública y otros etcéteras. Pero todavía nos queda, frente a la curiosidad, recurrir a las declaraciones juradas obligatorias que los funcionarios de más alto rango deben presentar ante la Oficina Anticorrupción. Allí quedan presos de sus propias palabras.
Zarich ha presentado dos declaraciones juradas en los últimos años. La primera correspondía al ejercicio 2015 y se debía a su puesto como Director Nacional de Matriculación y Fiscalización del Ministerio de Agricultura. Era el hombre que controlaba y habilitada a todos los operadores privados en los mercados de granos, carnes y lácteos. Fue desplazado de ese puesto con la llegada de Cambiemos, pero permaneció siendo un empleado importante de los Ministerios de Agricultura o de Economía, como siempre en las últimas dos décadas. Se ocupó de los controles de semillas desde el INASE.
En aquel momento, Zarich declaró poseer bienes y dinero en efectivo por 1.137.701 pesos.
La inflación hace estragos y no permite hacer buenas comparaciones, es cierto. Pero Zarich seguro que no podrá decir nunca que le ha ido mal con el gobierno de Mauricio Macri.
Su segunda declaración, seis años después, está fechada en julio de 2021. Ya había pasado por la experiencia de ser subinterventor de Vicentin, aunque esa experiencia le duró apenas dos meses. Pero en marzo de 2021 fue ascendido a director nacional de control comercial agropecuario, cargo que ocupó hasta ahora.
En esa segunda declaración el contador declaró bienes al inicio de su ejercició por 9.324.238 pesos. Es decir que su riqueza se había multiplicado más rápido que la inflación, casi nueve veces.
Esta es la declaración ante a Oficina Anticorrupción:
Zarich declaración jurada 2021
La mayor parte de los bienes que declaraba Zarich en 2015 siguen estando en su poder, pero han sufrido una fuerte corrección de las valuaciones fiscales. Declaró una casa en la localidad de Arias de 150 metros, valuada en 175 mil pesos; un departamento de 50 metros cuadrados que le donaron en 2014 en Rosario, valuado ahora en 45.000 pesos (el 50%); una casa también donada en la misma ciudad, valuada en 150.000 pesos (el 50%).
También es dueño de un auto Fiat Punto Essence modelo 2013 valuado en 400 mil pesos; una moto Yamaha Virago 1100 modelo 1998 que valdría otros 200 mil. Y una vieja lancha Quicksilver 555 cotizada a 250 mil pesos.
Pero no es en bienes inmuebles que el flamante subsecretario de Mercados Agropecuarios acumula una riqueza cercana a los 10 millones de pesos.
La mayor curiosidad de la declaración de Zarich es que, siendo un funcionario que ejerce controles directos sobre las cadenas agropecuarias, sus mayores activos están justamente en acciones de empresas ligadas de uno u otro modo a la agroindustria.
“Sin perjuicio de que la ley no prohíbe que los y las funcionarios/as inviertan en sociedades, la Oficina Anticorrupción ha entendido que en atención a la relevancia de determinados cargos y la trascendencia de las funciones que tienen asignadas, resulta deseable que ciertos funcionarios y funcionarias eviten adquirir participaciones en sociedades cuya actividad tenga vinculación con sus atribuciones. En algunos casos, incluso se ha recomendado la desinversión respecto de participaciones adquiridas antes de ingresar a la función pública, en virtud del Principio de Prudencia”, define la Guía para el Ejercicio Ético de la Función Pública de la OA.
Zarich tiene en acciones los siguientes ahorros:
- Dispone de 350 mil pesos en acciones de Agrometal, una reconocida fábrica de sembradoras de Santa Fe. Declaró haberlas adquirido en mayo de 2019.
- Otros 150 mil pesos los utilizó para comprar acciones de Sociedad Comercial del Plata, que se autodefine como “un holding argentino presente en sectores estratégicos como construcción, agroindustria, energía, transporte e infraestructura y real estate”.
- Tiene además 1 millón de pesos en acciones de San Miguel, que es la citrícola líder en el negocio de la exportación de limones argentinos. Las compró en abril de 2020, unas semanas antes de ser designado subinterventor de Vicentin.
- Desde 2013 arrastra una tenencia menor, por 23.000 pesos, de acciones de Pertrack, una industria autopartista cordobesa que “provee a la industria automotriz y de la agroindustria”.
Además, el controlador declaró haber colocado en diciembre de 2020 cerca de 2,5 millones de pesos en diferentes fondos de inversión administrados por el BBVA, así como casi otro medio millón de pesos en títulos públicos. En dinero en efectivo, Zarich reconoció una suma adicional de 3,2 millones de pesos.