El retiro de los bidones usados de agroquímicos del medio rural es, sin lugar a dudas y ante los múltiples desafíos ambientales que enfrenta el sector, el programa de trabajo más duradero y sólido que tiene el agro local. Lo es por una serie de motivos: una ley impuso la decisión de erradicar ese plástico en 2017, el sector privado se hizo cargo de la responsabilidad y armó la asociación CampoLimpio en 2019, y poco a poco las provincias y el gobierno nacional fueron asumiendo los deberes que le tocan. Pero todavía falta mucho y hay u7na amenaza muy latente: el mercado ilegal de bidones.
Justamente para revisar el debe y haber de esta tarea es que se realizó esta semana en Buenos Aires un encuentro de trabajo motorizado por CampoLimpio, del que participaron autoridades de Producción y Ambiente de todo el país. Por la Nación estuvieron el subsecretario de Producción Agropecuaria y Forestal, Manuel Chiappe; y el director Nacional de Residuos Peligrosos Guillermo Marchessi, que depende de la Subsecretaría de Ambiente. Pero lo más interesante fue la participación de 20 provincias. Alinear a los gobiernos provinciales ha sido el objetivo más difícil hasta ahora de los privados, pero ya está prácticamente logrado. Solo falta la adhesión de Tierra del Fuego y de la Ciudad de Buenos Aires, en este caso por razones obvias, ya que carece de producción agropecuaria.
“El objetivo de la reunión fue el intercambio de experiencias y la búsqueda de soluciones conjuntas a fin de analizar y eficientizar el Sistema de Gestión de Envases Vacíos de Fitosanitarios”, explicó una gacetilla de prensa de la organización conformada por todos los fabricantes de agroquímicos de la Argentina, sobre los que la ley deposita la responsabilidad primaria de retirar los envases vacíos de fitosanitarios, no solo para evitar que sean quemados o enterrados, o queden desparramados en el campo o tirados sobre una banquina, o un escenario peor aún, que es que la gente los utilice para otros fines como almacenar agua, desconociendo que contenían una sustancia tóxica.
“La diversidad de los aquí presentes muestra el desafío de lo que significa implementar la Ley de Envases Vacíos de Fitosanitarios. Ya llevamos más de 15 millones de kilos de plástico recuperados y tenemos que aumentar esta cifra año a año con la responsabilidad de todos”, dijo Juan Manuel Medina, gerente de Relaciones Institucionales de la asociación privada que ya armó decenas de centros de almacenamientos transitorios (CAT) de los bidones vacíos de agroquímicos en todo el interior, para allí lavarlos, comprimirlos y entregarlos a un centro de reciclaje habilitado para que ese plástico sea reutilizado sin riesgo para la salud humana y el ambiente.
Pese a los avances visibles de esta estrategia compartida entre la Nación, las provincias y CampoLimpio, hay una serie de falencias en el sistema que deben ser ajustados o corregidos para alcanzar el objetivo de quitar 100% de los bidones de agroquímicos del medio rural por un circuito legal y seguro, ya que todavía una buena parte de los envases son “comprados” en el campo por acopiadores que luego los ingresan ilegalmente en recicladores, al margen del circuito exigido por la ley. El ese el principal talón de Aquiles del programa. Y curiosamente aquí son los privados los que empujan a los funcionarios a tomar algunas definiciones.
Luego de realizar numerosos reclamos a sucesivos gobiernos, la asociación civil integrada por las empresas elaboradoras de fitosanitarios interpuso en 2023 un amparo contra el entonces Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Nación por la omisión de implementar el SUT. Es el Sistema Único de Trazabilidad, que permitiría saber el recorrido de cada bidón vendido a los productores y evitar así que ese envase derive hacia la informalidad. Como la justicia les dio la razón en septiembre y puso un plazo de 180 días, ahora desde el Estado Nacional hay que apurar el tranco. Es lo que está haciendo el Senasa, para cubrir sus responsabilidades. Pero de la flamante Subsecretaría de Ambiente -que depende del secretario de Deportes y Turismo, Daniel Scioli-, todavía no llegan demasiadas novedades.
A todos les quedó claro que este es un eje central del trabajo si realmente se quiere erradicar los acopios clandestinos de bidones y desalentar un comercio ilegal de parte de muchos productores o contratistas que no asumen tampoco la responsabilidad que les toca en este asunto.
“La idea ese coordinar con las provincias los operativos, allanamientos y demás. Por suerte ya se está metiendo la justicia y esto va a avanzar. No solo como delitos con tipificación ambiental, porque muchos fiscales nos decían que, más allá de la Ley 24.051 de Residuos Peligrosos, en realidad se trata de una actividad ilegal y como toda actividad ilegal se la podría encuadrar jurídicamente dentro de la ley de lavado de activos”, explicó Medina a Bichos de Campo.
Otros temas que ocuparon la agenda de esta reunión entre funcionarios y privados fue la necesidad de mejorar las condiciones de competencia de CampoLimpio, es decir que las provincias faciliten el transporte interjurisdiccional de los envases, ya que en muchas de ellas no existen plantas de reciclaje habilitadas y por lo tanto se hace muy dificultos trasladar a otra jurisdicción los bidones de plástico ya lavados al amparo de la actual legislación sobre Residuos Peligrosos.
Por otro lado, se reclamó a las provincias que actualizan sus legislaciones para que habiliten y amplíen los destinos finales del plástico reciclado obtenido de toda esta cadena, asegurando que cumplan con los estándares de seguridad, eficiencia y acreditación de trazabilidad.
-¿Qué significa esto de ampliar los destinos del plástico? ¿Por qué lo piden?
-Porque hoy el plástico virgen o nuevo está ingresando a un costo mucho menor que el año anterior. Entonces los operadores prefieren comprar plástico virgen y no plástico reciclado, con lo cual empieza a acumularse plástico de los bidones y entonces es probable que el comercio ilegal se mayor que ahora. Lo que nosotros necesitamos es que haya mayor cantidad de usos habilitados para usar el reciclado, que a veces nos limitan un poco en eso. Por ejemplo, todo lo que sea usarlo en los caño para tritubos, lo que es para riego, también todo empaquetado en plástico, a través de los envases tricapas. Esa es la idea, que las provincias nos aprueben esos nuevos usos.
“Es alentador ver cómo se ha manifestado la voluntad de todos los actores para avanzar en esta tarea. Mejoraremos en la medida en que sigamos creando espacios que no solo fortalezcan el sistema, sino que también integren cada vez más miradas, desde el productor hasta toda la cadena de valor”, se ilusionó el gerente en CampoLimpio.
Chiappe, en representación de Agricultura, avaló esta ofensiva: “Estamos en un momento clave para el país, un momento histórico que marca un nuevo modo de actuar. La red de CampoLimpio seguramente se fortalecerá aún más”.
Hace un año, Bichos de Campo editó un programa especial sobre el funcionamiento de este programa ambiental:
La realidad es que nadie quiere hacer las cosas bien lo más simple sería asociar el número de serie del bidón a un cuit y tener un sistema de trazabilidad donde se tenga que rendir cuenta de la disposición final del envase, otra cosa el producto tendría que tener una calavera como todas las sustancias peligrosas, con una mano en el corazón pregúntense si tiene lógica que los agroquímicos no sean considerados peligrosos y no estén regulados como actividad peligrosa como cualquier otra actividad productiva susceptible de generar un daño en el ambiente, generan legislaciones paralelas con controles a la baja