Menos de un día le llevó a algunos sectores productivos plantarse frente a la pretensión del ministro de Economía, Nicolás Dujovne, de incluir dentro de su proyecto de reforma impositiva la suba de los impuestos internos a diferentes productos, como la cerveza, las gaseosas y el vino. Ya lo hizo el vino. Ahora la que salió al cruce fue el Centro Azucarero Argentino (CAA).
“La medida impulsada por el gobierno nacional que incrementa los impuestos internos a las bebidas azucaradas generará importantísimas pérdidas de puestos de trabajo en la cadena azucarera”, así empieza el comunicado de los ingenios.
Ver también: “La vitivinicultura, el primer sector irritado por la reforma impositiva”
Luego explica que, tal como fue planteado, “el incremento anunciado elevará los impuestos internos de esas bebidas en proporciones irrazonables: 112% sobre la alícuota vigente en el caso de aumentos del 8% al 17%, y 325% para los productos saborizados con jugos de fruta”.
“La medida es claramente discriminatoria en contra del azúcar ya que, en tanto incrementa significativamente los gravámenes sobre las bebidas con azúcar, insólitamente elimina los impuestos internos que gravaban a las que utilizan edulcorantes sintéticos llevándolos a 0%. Claramente se está promoviendo una sustitución de insumos nacionales (edulcorantes calóricos) por otros importados (edulcorantes sintéticos) y, lo que es peor, de dudosos beneficios para la salud”, clavan el puñal los socios del CAA.
Luego de una larga defensa de las bebidas azucaradas, a las que Dujovne había calificadas como dañinas para la salud, los azucareros dijeron que “el castigo impositivo también es discriminatorio porque tiene un fuerte efecto regresivo, y afecta más que proporcionalmente a los sectores de menores ingresos de la sociedad”.
Luego las advertencias de siempre, muy comunes en estas polémicas y poco verificables hasta que las cosas finalmente suceden: “La medida tendrá graves consecuencias en el empleo directo e indirecto en el sector azucarero del noroeste argentino, estimado en 200.000 trabajadores. La merma del consumo incidirá en una reducción estimada de 5.000 puestos de trabajo solo en el sector azucarero. Además, el incremento de la recaudación impositiva no será directo debido a la reducción del consumo, en tanto que el impacto en el sistema previsional será negativo por la pérdida de empleos”.
A diferencia de los vitivinícolas, que advierten que una suba del componente impositivo del vino agravará la crisis sectorial, los ingenios azucareros afirman que “el proyecto surge cuando después de muchos años de estancamiento, el sector sucroalcoholero se encuentra en recuperación debido al reacomodamiento de precios de su producto básico, el azúcar”.
“El CAA cree que la Argentina necesita una reforma fiscal de fondo basada en una reducción de gastos superfluos, un incremento de la recaudación basado fundamentalmente en la mayor actividad económica y una más estricta fiscalización que actúe contra la elusión y la evasión impositivas, más allá de otras medidas puntuales”, finaliza el pronunciamiento.