A la localidad de Salliqueló, en el oeste de la Provincia de Buenos Aires, se la conoce por ser “la capital provincial del novillo”, pues históricamente sus campos ricos en pasturas eran ideales para la invernada y para llevar a los bovinos a los pesos más elevados. Sin embargo, debido al avance de la agricultura, ahora la mayoría de sus productores apuestan por campos mixtos donde se pueda combinar ambas actividades.
Lorena Elorriaga, la primera presidenta mujer de la Sociedad Rural de Salliqueló, es casi una síntesis acabada de ese proceso de mixtura: ella es ingeniera agrónoma y durante muchísimo tiempo se dedicó a la siembra de grandes superficies para el grupo Los Grobo. Ahora sigue dedicada 100% a la agricultura, pero en un emprendimiento propio junto a su hermana, mientras a la vez le toca representar los intereses de los productores que han mantenido en alto la ganadería en este lugar.
Con la gran irrupción de la siembra directa, cuenta Lorena que a los productores ganaderos se les hizo bastante difícil de entrada competir por la tierra con los nuevos emprendedores agrícolas, que ofrecían márgenes mucho más elevados por la tierra. Lo que surgió de todo aquel proceso fue, a decir de Elorriaga, “un modelo bastante más intensivo”.
“La ganadería que se hace hoy acá se hace de manera más intensiva, tiene una agricultura que la soporta para poder propiciar proteínas y alimento. Se intensificó, se acercó todo a un corral o a un lote menos productivo e incorporamos granos a su dieta, se incorporó mucha genética y nueva tecnología, como silos de maíz. De alguna manera tuvimos que empezar a ponerle dos pisos a los campos y ver cómo conviven estos nuevos sistemas mixtos, o este nuevo ordenamiento de la actividad agropecuaria en la zona”.
Mirá la entrevista con Lorena Elorriaga:
La ingeniera agrónoma, con 25 años de experiencia en el rubro agrícola, afirma que en los últimos tiempos se está notando una vuelta de tuerca en este proceso de intensificación en el que muchos campos está volviendo de a poco a repoblarse de bovinos.
“En realidad la ganadería nos dio un sentido más como productores y de alguna manera diversificó las actividades que hacemos”, explicó Elorriaga, en referencia a que esta reinvención ganadera permitió diversificar riesgos, ingresos y actividades, pero con una alta exigencia. “Una hectárea que deja de ser agrícola, si se hace ganadería, tiene que ser equivalente en su rentabilidad para que no existe lucro cesante”, explicó.
Pero en medio del relato de este proceso de fondo, de esta historia repleta de desafíos para la adaptación de los productores, a Lorena le saltó la chapa de gremialista agropecuaria: “La verdad es que hemos usado mucho la cabeza para que la ganadería pueda seguir siendo competitiva. Ahora, toda esa ingeniería que haces te la desarman en 15 minutos con un anuncio en una mañana”, se quejó. Se refería claramente a los dirigentes políticos y al más reciente anuncio adoptado por el gobierno en materia de cierre de las exportaciones de carne vacuna.
“Nosotros agregamos 100% de valor en cada cosa que hacemos. En 16 meses logramos construir un animal que llega a pesar 520 kilos”, remarcó la dirigente sobre la potencialidad productiva de un campo mixto. Y sin embargo, a pesar de demostrar tener una buena capacidad de adaptación a los cambios, los productores de Salliqueló sienten que no tienen un gobierno que valore ese trabajo.
“Logramos ser competitivos con un mundo que no solo no le pone cepo y trabas al trabajo de los productores agropecuarios sino que además los cuida. Nosotros erramos una cosecha y tenemos que seguir pagando ganancia e impuestos. Necesitamos que aparezca un Estado que nos deje trabajar”, reclama la dirigente rural.
En la misma línea, Elorriaga criticó las enormes dificultades actuales que atraviesan los productores para conseguir insumos de uso cotidiano, entre ellos las gomas para la maquinaria, los alambres para los corrales o los herbicidas para los cultivos. Cuando Bichos de Campo estuvo en Salliqueló, lo más difícil de conseguir eran los fertilizantes para potenciar los rendimientos agrícolas. Su precio había saltado a más del doble que pocos meses atrás.
Elorriaga consideró este tipo de situaciones como una falta de eficiencia por parte del Estado para lograr una actividad agropecuaria más potente. Y no culpó a un partido en particular, sino a toda la clase política que no hace el esfuerzo de comprender los procesos agropecuarios y la ventaja de fijar reglas claras para los productores, sean de granos o de carne.
“Si tenemos cultivos fertilizados, tendremos mayor productividad, mayor producción y por lo tanto mayor capacidad de exportación. Si fuera así, al Estado nacional hoy le ingresarán muchas más divisas. Sin embargo, parece que ven con alegría cuando se nos complica más algo”, se lamentó.
La presidenta de la Sociedad Rural de Salliqueló dijo que la situación va a cambiar cuando se respeten los acuerdos que se hacen en las mesas de trabajo entre los respectivos gobiernos y el sector productivo. “Si nosotros nos sostenemos nos pueden seguir sacando huevos. Aahora, si nos funden en el intento, en poquitos años vamos a ser más Venezuela que Argentina. Mi problema es la clase política. Necesitamos acuerdos que se sostengan en el tiempo.”, concluyó Lorena.