La novela Vicentin parece estar llegando a su fin. Por estos días se está celebrando el proceso de cramdown, en el que se buscan terceros para ofrecer un salvataje de la otrora poderosa cerealera nacional, para evitar su cierre, pagar a los deudores, y claro, quedarse con la empresa.
Hace unos días se conoció la primera oferta para quedarse con Vicentin protagonizada por la corredora Grassi S.A. que ofrece una salida integral a los acreedores, con foco en la continuidad operativa de la agroindustrial y en la recuperación del valor de las acreencias.
Según detalló la empresa en su presentación oficial, el modelo se apoya en tres ejes: la conversión de todas las deudas en pesos a dólares; la conformación de una única categoría de acreedores, que podrán elegir entre diferentes alternativas según sus intereses; y el recupero total para quienes acompañen la continuidad, ya sea entregando granos o aportando financiamiento.
El gran competidor de Grassi es la conjunción de los grandes LDC (Louis Dreyfus Company) y Molinos Agro, que también están en carrera por quedarse con el jugoso botín. En horas de la tarde de este viernes se conoció la oferta presentada en la justicia, en la que proponen un pago inmediato del 80 % de la deuda verificada en dólares a los 30 días de homologación judicial, y la posibilidad de alcanzar una recuperación total de hasta el 90 % en tres años, con una tasa de interés anual del 4 % sin obligar a los productores a entregar mercadería ni financiamiento.
Pese a los rumores, la oferta se presentó en tándem entre las dos empresas, despejando rumores de otros interesados que eran signados como parte de la propuesta, como la poderosa multinacional Bunge, o la Unión Agrícola de Avellaneda, que sonaban para integrar ese equipo.
“Nuestra propuesta refleja el compromiso de ambos grupos con la estabilidad del sistema agroexportador y con la búsqueda de una solución definitiva para Vicentin, que sea justa para los acreedores y sostenible en el tiempo”, señalaron las compañías conjuntamente.
El esquema contempla distintas alternativas de pago según el rango de deuda verificada:
- Deudas por hasta USD 130.000: pago del 80 % de la deuda verificada en USD a los 30 días de homologación, o el 90 % en tres años, con más un 4% de interés anual.
- Deudas entre USD 130.000 y USD 400.000: pago del 50 % a los 30 días de homologación, 55 % en tres años o 70 % en 10 años, con más un 4% de interés anual.
- Deudas superiores a USD 400.000: pago del 40 % en 10 años, con más un 4% de interés anual, y conjuntamente con otras alternativas de pago – a elección de los acreedores – que se describen en la propuesta.
Además, se incorpora una opción de capitalización en acciones preferidas rescatables, que permitirá a los acreedores convertir su crédito en participación accionaria, con un dividendo preferido anual y un valor de rescate a opción del tenedor.
Molinos Agro y LDC remarcaron que su propuesta combina solidez financiera, experiencia operativa y una visión de largo plazo, orientada a preservar la capacidad productiva, el empleo y el vínculo con los productores.
“Creemos que esta alternativa representa una oportunidad real para recuperar la confianza, proteger el empleo y asegurar el futuro de una de las compañías más importantes del sector”, agregaron ambas empresas. La propuesta será puesta a consideración de las autoridades judiciales y de los acreedores en el marco del proceso de salvataje.
Vicentin SAIC atraviesa su última oportunidad para evitar la quiebra. El proceso de cramdown, abierto por el juez concursal Fabián Lorenzini, fija como fecha tope el 31 de octubre de 2025 para que los interesados presenten sus ofertas de rescate. En carrera quedaron tres jugadores: Bunge junto con Viterra y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Molinos Agro en sociedad con LDC, y el grupo Grassi (Commodities SA), que ya anticipó un acuerdo postconcursal con Cargill para asegurar la gestión operativa si resulta adjudicatario.