Afortunamos los tiempos en los cuales, atragantados de mediocres, títeres y mercenarios, tenemos la oportunidad de presenciar el advenimiento de un héroe en el espacio público.
Pablo Salum logró vencer primero el adocrinamiento mental de una organización perversa para luego encontrar la manera de liberarse físicamente de la misma –escapándose– cuando ni siquiera había alcanzado la mayoría de edad. Posteriormente dedicó su vida a intentar despertar a otros para que no terminasen siendo víctimas de esta clase particular de depredadores.
Salum diseñó un proyecto legislativo para implementar un “Programa nacional de asistencia a víctimas de grupo-dependencia y líderes grupales o unipersonales que ejerzan persuasión coercitiva y abusos” y creó un canal de comunicación para poder alertar a la mayor cantidad de gente posible sobre el peligro.
En el sitio de Salum descubrí un artículo sobre las técnicas de persuasión coercitiva que emplean estos grupos para poder anular a las personas y esclavizarlas y, tengo que confesar, me llevé una sorpresa desagradable porque comprendí que soy una víctima. Y probablemente vos también. Veamos algunos párrafos del texto.
“El sujeto entra en toda clase de privaciones: anímicas, afectivas y materiales, que incluyen los hábitos de alimentación y sueño. El deterioro físico puede llegar a ser notable. Para someterlo es necesario que el adepto se vuelva vulnerable. Los trabajos forzados, las confesiones vergonzantes hechas frente a otros miembros, el maltrato del líder, el escaso descanso, son todas prácticas que van en el sentido de doblegar al sujeto. Desde luego, se ejercen acompañadas con la prédica del amor –que supuestamente inspira al líder y a toda la comunidad– y la promesa de la elevación, cualquiera sea, que espera al final del camino”.
Trabajamos cada día más para tener cada vez menos. Nos consumimos –física e intelectualmente– pensando cómo vamos a sobrevivir a la inflación creada por el propio Estado, quien, lejos de aportar soluciones, afirma que el problema está en las empresas privadas que lo sufren y que, por lo tanto, son ellas las que deben hacerse cargo del problema. Frente a tal disociación cognitiva, algunos protestan, pero todos la aceptan.
“De entrada, el sujeto se encuentra con un grupo sumamente afectuoso, dispuesto a recibirlo y a mostrarle su disposición a amarlo ya que él es muy importante y, por lo tanto, merecedor de grandes cosas. Es un bombardeo afectivo, una seducción programada”.
Claramente el proceso de esclavización sería mucho más fácil de asimilar si lo instrumentara un ejército y no un grupo de señores, muy bien vestidos, con una sonrisa, palabras amables y un eterno llamado al diálogo que nunca conduce a nada más que a mantener el estado presente de las cosas.
“En ese estado de bienestar narcisístico, en el que el sujeto siente que le han dado un lugar primordial, es que comienza el uso de técnicas que colaboran con el trabajo sugestivo/manipulatorio de alteración de conciencia. Este trabajo consiste en acrecentar la disponibilidad de los individuos para caer en profundos estados de sugestionabilidad. Así, la relajación inducida; la meditación; la repetición ininterrumpida de “mantras”, o sea de frases utilizadas como supuesto talismán; las técnicas de hiperventilación; la escucha de largos y monótonos discursos grabados, y la lectura de material escrito; la escucha de y la participación en cantos devocionales; la recitación de un encadenamiento sucesivo de fonemas sin sentido, que da la impresión de formar un nuevo idioma, o una mezcla de otros; oraciones; prácticas de no pensar, rituales de renuncia al pasado; todo ello implica una eliminación de resistencias”.
La justicia Argentina acaba de ordenar el pedido de captura internacional de Marcelo Guerra Percowicz, hijo del líder de la organización coercitiva #secta Escuela de Yoga de Buenos Aires. pic.twitter.com/EvLKWR9bAv
— Pablo G. Salum (@LEYANTISECTAS) August 17, 2022
Si analizamos el discurso político, sin importar de qué partido se trate, seguramente nos encontraremos con muchos de esos “mantras”, los cuales, a fuerza de repetición constante, pasan a ser verdades incuestionables. Las retenciones, por ejemplo, hay que sacarlas, claro, pero ¡ahora no se pueden tocar!, porque eso implicaría atentar con su majestad galáctica, el Estado, mientras que en el sector privado las empresas se pueden fundir, los trabajadores quedar en la calle, sectores completos de la economia desaparecer y a los adeptos a la secta no les mueve un pelo porque, qué se la va a hacer, son cosas que pasan.
“Estas técnicas apuntan a sumir al sujeto en un estado hipnótico o cuasi, en el que se encuentra apto para recibir la influencia del grupo, sus creencias, sus certezas. El control, arma que se ejerce sobre el adepto para lograr someterlo, abarca todas las áreas (conducta, información, pensamiento, emociones y lenguaje). Muchos grupos recurren incluso al aislamiento físico de los miembros”.
Imposible no pensar, al leer este último párrafo, en el encerramiento salvaje realizado durante la pandemia.
“Hay una demanda de separación radical: lo puro de lo impuro, lo bueno de lo malo, tanto en el ambiente como dentro del sí mismo. Es, añadimos, un pensamiento maniqueo y absoluto. Esto crea un mundo interno y externo de culpa y vergüenza en el cual las personas se vuelven patológicamente ansiosas para saber si serán recompensadas o castigadas aquí o en el otro mundo”.
Todo lo relacionado con el Estado es bueno y debe ser fomentado. Lo proveniente del sector privado es sospechoso y muy probablemente también culpable de algo oprobioso. Este adoctrinamiento es tan fuerte que no vemos a políticos y sindicalistas como multimillonarios sino como gente que está haciendo su trabajo de manera desinteresada. Estamos completamente “dopados”.
En definitiva: es muy probable que millones de argentinos seamos víctimas de una secta que nos esclaviza con la promesa de que reducirnos a esa condición es lo mejor para nuestro bienestar y que, si bien percibimos cómo nos vamos deteriorando, seguimos creyendo que llegará el día en el que los líderes nos colgarán del brazo la cinta verde, azul o lo que sea para poder subir finalmente de categoría y ser, por fin, felices. No perdamos las esperanzas.
Aqui comienzo el HILO donde les quedara bien en claro con documentacion, como los organismos de derechos humanos fueron complices, ayudaron y protegieron a la #Secta pedofila que tiene a mi familia! Ayudar con RT! #NuncaMas #MemoriaVerdadYJusticia #LeyDeSectas #DiaDeLaMemoria
— Pablo G. Salum (@LEYANTISECTAS) March 24, 2018