Después del revoleo de dudas, desmentidas y suspicacias de la semana pasada, el presidente Mauricio Macri tuvo que salir a echar paños fríos sobre las versiones que daban cuenta de una posible marcha atrás en el cronograma de reducción (de 0,5% por mes) en las retenciones a la soja y sus principales derivados, la harina y el aceite. El asunto había escalado tanto que hasta Joaquín Morales Solá utilizó su clásica editorial en el diario La Nación para llevar calma a los desilusionados productores.
Pero tan mal se manejan las comunicaciones en el gobierno que a las pocas horas de estas enfáticas desmentidas las retenciones estaban subiendo de nuevo. O al menos en la percepción de la población…
En efecto, en el Boletín Oficial de este lunes hay dos decretos (firmados por el propio Macri y varios de sus ministros) que suben varios puntos las retenciones a otro producto del complejo sojero. ¿Cómo puede suceder que anuncien que no hay subas y al rato sí haya subas? A no asustarse, que son torpes pero no tanto.
Las retenciones que subieron hoy son las del biodiésel. Era algo que ya estaba previsto y que, al menos a juicio de muchos funcionarios, debería haber sucedido ya hace un tiempo.
Vamos al punto. Mediante el Decreto 486/2018 el gobierno decidió elevar las retenciones del 8 a 15%. Como se dijo, esta decisión era esperada en las últimas semanas y no está vinculada a la polémica que se desató la semana pasada sobre la posible reimplantación de ese tributo para los cereales y la interrupción del cronograma de reducción del que paga la soja.
Ver: ¿Fin de una novela? El gobierno aplicó retenciones fijas del 8% al biodiésel
El Gobierno ya había hecho un retoque a la estructura arancelaria del biodiésel hace varios meses, luego de las sanciones que recibió Argentina por parte del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, que aplicó aranceles de importación superiores al 65% a los cargamentos del biocombustible nacional, acusado de cometer dumping en dicho mercado. La alícuota de retenciones al biodiésel había sido elevada de 0% a 8% hacia fines del año pasado y ahora se volverá a aumentar a 15% desde el 1° de julio, apuntando a reducir el amplio diferencial arancelario que existe a favor de las exportaciones de este producto y en detrimento de su materia prima, el aceite de soja, que en estos momentos tributa un 24,5% de retenciones.
“De acuerdo con la reducción progresiva de la alícuota del derecho de exportación del aceite de soja establecido en el Decreto 1343/16, resulta necesario continuar propiciando la convergencia entre los derechos de exportación de dicho producto y el del biodiésel”, dice la norma publicada hoy. Esta nueva suba achica el diferencial a favor del combustible que sustituye al gasoil a unos 10 puntos porcentuales.
Por dicho diferencial, considerado como un “subsidio” por los países o bloques que importaban el biocombustible producido por el complejo oleaginoso local, la Argentina no solo recibió sanciones del gobierno de Donald Trump sino que ya enfrentó un conflicto con la Unión Europea en 2013, que terminó dirimiéndose en los tribunales de la Organización Mundial de Comercio.
Ver Claudio Molina: ¿Por qué nos retan Europa y EEUU por el biodiésel?
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario indicó pocos días atrás que a pesar de ese contexto la producción de biodiésel en los dos primeros meses de 2018 fue “récord en términos históricos con un poco más de 400.000 toneladas en el bimestre”. Tal producción se usa tanto para mantener el corte obligatorio del gasoil en el mercado interno como los pedidos del mercado internacional . En ese sentido, la bolsa rosarina señaló que “lo que suceda en materia de consumo y exportaciones definirá el nivel de producción final en el año 2018”, y estimó que la oferta podría variar entre 2,29 millones de toneladas y 2,85 millones.
El consumo interno de biodiésel para 2018 fue estimado en dicho trabajo entre 1,19 millones y 1,4 millones de toneladas, que van a incorporarse al gasoil como corte obligatorio. Mientras tanto, según la Bolsa de Rosario la exportación del biocombustible podría variar entre 1,13 y 1,53 millones de toneladas, “suponiendo ventas al exterior similares a las del año pasado” a Perú, Canadá y la Unión Europea.
En el caso del aceite fraccionado, el Decreto 487/2018 redujo de 24,5% a 10% los derechos de exportación para las posiciones arancelarias 1507.90.11 y 1517.90.10 de la Nomenclatura Común del Mercosur, que hacen referencia al aceite de soja y el aceite mezcla que se exportan en envases menores a cinco litros. Hasta ahora esos productos con valor agregado tributaban tanto como el aceite a granel. Es decir, es una medida que propicia el agregado de valor.