El ex decano de la Facultad de Agronomía lucía visiblemente ofuscado: cuando ingresamos al bar de San Telmo donde nos había citado su equipo de prensa. Cuando llegamos, estaba subido a una silla al estilo barrabrava, pispeando por una ventana desde donde podían verse los techos oscuros del viejo edificio de Paseo Colón que alguna vez fue Ministerio de Agroindustria, luego pasó a ser Secretaría de Bioeconomía y ahora volverá a ser simplemente Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Lucía dolido Vilella. Sus ex compañeros de ruta en el gobierno de Javier Milei ya le habían prohibido el acceso a ese edificio y le sacaron la tarjeta roja como funcionario; ni siquiera esperaron que bajara del avión que lo traía de regreso desde China, donde dijo haber logrado una gran apertura de los mercados que ni los chinos confirman todavía.
“Son putos -señalaba hacia el edificio-, los libertarios son todos putos”, gritaba Fernando Vilella, como si fuese un Maluma desbocado en la final de la Copa América. Cuando colocó una pierna sobre la mesa de aquel bar, amagando con subirse, chistamos un poco fuerte como para que repare de nuestra presencia.
-Ah, sí. ¿Y Ustedes quienes son?- dijo acomodándose rápidamente sobre la silla.
-Somos periodistas de Bichos de Campo. Le pedimos una entrevista en diciembre, cuando asumió, pero recién nos dijeron que podemos hacerla ahora.
-Nunca es tarde para ingresar en el maravilloso mundo de la bioeconomía- nos respondió.
Más sereno, Vilella tomó asiento y nos ofreció ocupar otra silla. Pidió un café colombiano y nosotros hicimos lo propio pero con un mate cocido argentino, que el ex funcionario miró con asquito. Suponemos que le recordaba a su primera gran desautorización pública: cuando en febrero designó a un agrónomo misionero para conducir el INYM, Juan Pazo viajó a Misiones a los dos días y ordenó que no le llevaran el apunte. Desde ese momento quedó claro quien mandaba.
Decidimos no recordarle a Vilella aquel episodio. Se lo notaba visiblemente solo, la mirada perdida. Contemplamos alrededor pero nadie le hacía compañía en estas, sus horas más frías. Pensamos preguntarle qué le había quedado de aquel “dream team” que presentó en diciembre pasado, en una casona de este mismo barrio de San Telmo colmada de empresarios agropecuarios ilusionados con un cambio de época. Pero Fernando se lanzó a hablar primero, los puños cargados de verdades…
-¿Cómo está Fernando?
-Yo bien, tratando de digerir los cambios de la semana pasada, cuando el Gobierno decidió tirar por la ventana el concepto de Bioeconomía, degradando la secretaría del área a la categoría de “SAGyP” del siglo pasado. Allá ellos. Fernando Vilella volverá al llano y a la construcción del nuevo mundo, acoplado a los mandatos de la sociedad global: la descarbonización, la economía circular, el cuidado del medio ambiente, sin descuidar la eficiencia económica. Pero bueno, aquí hay quienes creen que bioeconomía es biosarasa. Se animaron a decirlo en las redes. La semana pasada se anotaron un poroto. SAGyP, como en el siglo pasado.
Esas palabras nos sonaron conocidas, como que ya las habíamos leído en algún lado. Por eso, mientras el ex secretario lanzaba esa larga frase al estilo Maradoniano, hablando de él mismo en tercera persona, le preguntamos a Alexa. Claro, Vilella estaba recitando parte de la cálida editorial que le dedicó a modo de despedida el columnista agropecuario histórico de Clarín Rural, Héctor Huergo, el mismo que presentó en diciembre a Vilella y sus colaboradores como “el equipo de los sueños”.
Preferimos no mostrar que habíamos descubierto quién le daba letra. Un viejo recurso de los periodistas es hacernos los opas y poner cara comprensiva frente a nuestra entrevistado. Logramos de ese modo que se largue a hablar solo, pensando que todo el mundo lo comprendería.
“El Gobierno consideró que la Bioeconomía no era el formato que había elegido en su momento el presidente Milei. Se dieron informaciones erradas”, comenzó Vilella. “Algunos entendieron que, a partir de mala información o por no entender la lectura del mundo del futuro, había que retroceder y volver a una Secretaria de Agricultura. Es disminuir las capacidades que tiene Argentina para ingresar al mundo con productos con más valor y una formulación que es la que los consumidores requieren”.
-¿Insinúa que Milei no comprende el mundo moderno?
-El Presidente Milei cree que conoce el mundo, pero a él lo engañan y finalmente él engaña a todos. Le dicen que canta parecido a Leonardo Fabio, pero se parece más a un Cacho Castaña, porque ni a Sandro llega. Y muy lejos está de ser un Frank Sinatra.
Vilella volvió a subir el tono de voz. Enfático, afirmó que no es cierto que él haya conocido a Milei recién en marzo pasado, cuando ya habían pasado varios meses de gobierno, en la Expoagro, como dijeron muchos. Contó que ya habían estado reunidos unos meses antes, en 2023, en el marco de la campaña electoral, cuando junto a Santiago Posse, el ex jefe de Gabinete, le pidieron que armara una plataforma agropecuaria de la que carecía La Libertad Avanza.
-¿Entonces en marzo ya se conocían? Porque pareció que el Presidente no lo recordaba.
-Yo represento a los productores que le ofrecieron a Milei mi persona para cubrir ese rol y generé la plataforma que votó el 56% de los argentinos, la plataforma agropecuaria que contenía conceptos de la bioeconomía con ventajas para el desarrollo federal- contestó el ex funcionario.
-¿Y que pasó en junio? Porque en la Agroactiva el Presidente Milei llegó, habló y se marchó sin ni siquiera pasar por el pabellón de la Secretaría de Bioeconomía…
-Se equivocó de calle. Quizás mis posiciones están avanzadas en el tiempo, pero es evidente que el Presidente está mal asesorado.
Convencido de que fue solamente un incomprendido, un adelantado a la época, el ex decano de la Fauba preguntaba una y otra vez: “Me gustaría saber cuáles son las metas que no cumplimos”. Nosotros pensamos que era el momento para lanzar un chiste, en busca de descomprimir un poco la situación y sacarlo del profundo pozo depresivo que lo amenazaba.
-Al Gobierno quizás le molestó que estuviera “meta” rosca, “meta” interna, “meta agenda 2030″…
-Tengo un informe del trabajo en 180 días y dentro de los límites creo que hemos avanzado. Hemos desregulado infinidad de situaciones, hemos abierto mercados y generado proyectos que estaban esperando que salgan la Ley Bases.
Imposible hablar en serio con Vilella. Mentalmente empezamos a enumerar recuerdos: el FETA vencía solo en diciembre, lo mismo que las restricciones externas al comercio de carne. Es decir, Vilella no tuvo que hacer nada. La baja de las retenciones lácteas ya las había dispuesto Massa. Los “volúmenes de equilibrio” para regular los mercados agrícolas recién los eliminaron en mayo. Y de las retenciones mejor no hablar: casi las suben con las Ley Bases y finalmente siguen igual a como estaban. Otro estrepitoso fracaso de Vilella fue la prórroga y continuidad hasta fines de junio de la resolución del BCRA que penalizaba a los productores de soja.
-¿Entonces usted está convencido de que hizo mucho en su gestión?
-Por supuesto. Pero es probable que los observadores comunes no se hayan dado cuenta.
-¿Y trabajaron mancomunadamente con el equipo económico? ¿Por qué nunca hubo una foto suya junto al ministro Toto Caputo?
-La agenda de la bioeconomía es demasiado importante como para detenerse a hablar sobre la macroeconomía.
A esta altura del reportaje, ya no sabíamos a ciencia cierta si Vilella nos estaba hablando en serio o nos estaba cachando. Por eso decidimos destinar los últimos minutos que teníamos pactados con el ex secretario para indagar por qué no reaccionó a tiempo ni presentó la renuncia cuando era evidente que el Ministerio de Economía había decidido recortarle todo el poder y convertirlo en una figura decorativa. Primero en febrero cuando le sacaron la facultad de poder contratar personal y manejar su propio presupuesto. Luego en marzo y abril, cuando le echaron a sus principales colaboradores.
-¿En serio no pensó en renunciar? ¿No sintió que lo estaban pisoteando? ¿En qué quedó su orgullo y su dignidad como ser humano?
-Lo pensé, por supuesto. Pero eso iba a ser leído como que le estaba dando la razón a quienes deploran la Agenda 2030 y el aporte de la bioeconomía. Iban a decir que quienes conformamos la vanguardia bioeconómica nos sometíamos frente a las críticas de Leo Dan…
-¿No será el Gordo Dan? ¿Y cómo se sintió cuando Juan Pazo envió a su pariente político, el hermano del marido de la hermana de su esposa, a intervenir directamente en su gestión? ¿Cómo se llevó todos estos meses con Sergio Iraeta, el nuevo secretario de Agricultura?
-Nunca pudimos hablar bien. Manejamos lenguajes muy distintos. Es un hombre muy primitivo. Algo así como el Johnny Allon de la Bioeconomía.
En la televisión del bar estaba sintonizado el Canal Rural, que justo pasaba una de los múltiples entrevistas que Vilella había concedido luego de su despido del cargo, y luego de meses de no dar ni siquiera una conferencia de prensa.
-Ya se lo preguntó nuestro colega Silvio Baiocco. Pero insistimos con esta pregunta: ¿Quien maneja la secretaría de Agricultura hoy?
-Y bueno, hoy está manejada por Economía. Por Juan Pazo.
-¿No tuviste una buena relación vos con él no?
-Teníamos visiones divergentes. Orígenes distintos.
-¿Qué piensa Pazo de la agricultura?
-No sé porque nunca lo escuché hablar…
A esa altura de la entrevista, la primera, la única y la última que tendríamos con este triste personaje, los que nos subimos a la silla fuimos nosotros, que perdimos la poca paciencia que teníamos.
-¿Pero sos bio-pelotudo vos? ¡Todo esto que nos contás ahora es lo que escribimos e informamos en Bichos de Campo todos estos meses y que vos calificabas como “operaciones de prensa” en tu contra!
No se merecía el Ingeniero Vilella el maltrato del gobierno
Buenísima entrevista ficticia, sobre todo porque Bicho vio hace tiempo el futuro actual de un falso filósofo rural que nunca supo ponerse al fente de una Secretaria tan importante que es el pulmón económico del país. Genial y espero que el ex decano la lea.
Excelente Entrevista/nota. Hasta el final me resultaban desopilantes algunas situaciones. Parecía una entrevista hecha por Tato Bores.
Si no te dejan manejar tu personal no soS el jefe de un lugar. Ahí te tenes que ir. Caso contrario te boludean hasta el final