El nuevo esquema cambiario implementado en el presente mes por el gobierno nacional genera mayor incertidumbre al momento de planificar la comercialización agrícola, pero contiene oportunidades para aquellos que puedan analizar las variables clave.
Así lo advirtió hoy el analista de mercados y consultor privado, Sebastián Lago, durante una jornada técnica organizada por la regiones CREA Oeste y Oeste Arenoso en la sede de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen.
Por ejemplo: la posición Soja Rosario 2025 del mercado A3 (ex Matba Rofex) cotiza como si el actual derecho de exportación del 26% sobre la oleaginosa fuese a mantenerse hasta entonces a pesar de que el presidente Javier Milei aseguró que la medida de rebaja de retenciones finalizaría en junio próximo.
Por otra parte, ayer jueves el precio de cierre del dólar futuro A3 finalizo en 1380 $/u$s, cuando el “techo” de la banda en el nuevo esquema cambiario contempla un máximo para ese momento de 1501 $/u$s.
“No es posible saber cuál va a ser el tipo de cambio en noviembre próximo, pero sí es factible saber que la banda de flotación se va a ubicar entre 923 y 1501 $/u$s; tenemos la posibilidad de vender soja noviembre 2025 tomando un precio final con cobertura tanto comercial como cambiaria”, explicó en un artículo publicado en Contenidos CREA.
El analista explicó que si bien en el segundo semestre del año el menor flujo de divisas del sector agroindustrial tendería a impulsar al tipo de cambio hacia el sector superior de la banda, existen muchas variables que podrían desactivar ese escenario, tales como un invierno benigno que reduzca al mínimo la necesidad de importaciones energéticas, ingreso de capitales especulativos o intervenciones estratégicas del Banco Central (BCRA), entre otros eventuales factores.
“No se vuelvan locos mirando la evolución diario del tipo de cambio intentando adivinar cómo evolucionará porque eso es imposible”, recomendó, aunque remarcó que eso, por supuesto, no inhabilita utilizar las herramientas de cobertura disponibles para gestionar la comercialización agrícola en función del nivel de riesgo que se desea asumir.
En lo que respecta a la financiación y la gestión de existencias físicas y de liquidez de corto plazo, Lago dijo que las empresas agropecuarias deberán analizar muy bien las estrategias por implementar de acuerdo con los distintos escenarios proyectados.
“Para los empresarios ganaderos o tamberos con una porción relevante de insumos dolarizados, la planificación del momento de compra de los mismos pasa a ser muy relevante en la actual coyuntura”, graficó.
En tanto, para las empresas agrícolas la gestión de la liquidez de corto plazo ahora se torna más compleja porque estrategias que en el esquema anterior eran más previsibles –por la dinámica del tipo de cambio regulado– ahora se tornan más inciertas ante la fluctuación del valor de la divisa.
“Aprender a gestionar el negocio en esta nueva coyuntura es el gran desafío que tenemos por delante este año, especialmente si consideramos que si el plan económico resulta exitoso se van a terminar la posibilidad de financiarse con tasas de interés reales negativas”, resumió.