La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles la propuesta legal que busca abrir paso a la ratificación del acuerdo de asociación entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Según informó la agencia EFE Agro, el objetivo es que los Estados miembros y el Parlamento Europeo completen un proceso que, de concretarse, dará lugar a la mayor zona de libre comercio del mundo.
El paso que dio Bruselas consiste en habilitar la aplicación provisional de la parte comercial del acuerdo a través de un pacto interino. Este esquema permitiría que la liberalización del comercio empiece a regir antes de que todos los parlamentos de los 27 países del bloque den el visto bueno al acuerdo completo, que incluye además disposiciones políticas.
La fórmula se apoya en que el comercio es una competencia exclusiva comunitaria, por lo que basta con el voto por mayoría cualificada en el Consejo —55 % de los países que representen al menos al 65 % de la población— y el consentimiento del Parlamento Europeo. Bruselas confía en que esta primera fase pueda estar en marcha a finales de este mismo año.
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, defendió la necesidad de acelerar los procesos en un contexto en el que la UE busca diversificar socios ante las tensiones con Estados Unidos. “No son solo acuerdos comerciales, sino instrumentos estratégicos que contribuirán a definir el papel de Europa en la economía mundial durante las próximas décadas”, dijo el político eslovaco. La decisión de separar un acuerdo interino responde a la intención de dotar de rapidez y relevancia a un pacto que lleva más de dos décadas de negociaciones.
Uno de los aspectos sensibles sigue siendo el impacto en el sector agrícola europeo. Para calmar las resistencias, especialmente las de Francia, la Comisión propuso un instrumento jurídico que refuerza la cláusula de salvaguardia incluida en el acuerdo. Esa cláusula permite a cualquiera de las partes suspender la aplicación en caso de incumplimiento o perturbación del mercado.
Según explicó Sefcovic, las importaciones de productos agrícolas serán monitoreadas cada seis meses y, si se detectan anomalías como un aumento súbito de más del 10 % en los volúmenes o una baja del 10 % en los precios, se podrán activar medidas rápidas en un plazo de 21 días. Además, se anunció una reserva para crisis agrícolas de 6.300 millones de euros, junto con un presupuesto específico de al menos 300.000 millones de euros en la futura Política Agrícola Común (PAC) para sostener las rentas de los productores europeos.
La CE calcula que el acuerdo permitirá un ahorro de más de 4.000 millones de euros anuales en derechos de aduana y un aumento del 39 % en las exportaciones europeas, lo que equivale a unos 50.000 millones. Sectores como la automoción, la maquinaria, el vino, el chocolate y el aceite de oliva accederán de forma privilegiada a los países del Mercosur.
En el plano agroalimentario, el pacto contempla la protección de 344 indicaciones geográficas de la UE y una reducción significativa de aranceles para productos clave, como el vino, las bebidas espirituosas, el chocolate y el aceite de oliva.
De este lado, las importaciones preferenciales desde el Mercosur quedarán limitadas a una fracción de la producción comunitaria: 1,5 % en carne vacuna y 1,3 % en aves de corral, entre otros. Bruselas subrayó que el acuerdo no modifica las exigencias sanitarias y fitosanitarias vigentes.
La iniciativa de la Comisión, sin embargo, fue recibida con rechazo por las principales organizaciones agrarias europeas. Según informó EFE Agro, tanto Asaja como COAG y UPA criticaron duramente el intento de poner en marcha el acuerdo por etapas. El director de Asaja en Bruselas, José María Castilla, lo calificó de “artimaña” y de “enmienda a la totalidad del acuerdo con Estados Unidos”, al considerar que se trata de una maniobra para desviar la atención.
Desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Andoni García advirtió sobre el “grave impacto” del pacto, al señalar que sustituirá la producción local de agricultores y ganaderos europeos por importaciones a gran escala desde el Mercosur. “Lo que están haciendo es aprobar por la puerta de atrás un acuerdo que trasciende lo comercial”, sostuvo.
En la misma línea se expresó la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Su secretario de relaciones internacionales, José Manuel Roche, cuestionó la “prisa” de la Comisión por cerrar el pacto y afirmó que nuevamente el sector agroalimentario europeo es “el pagador” de estas decisiones.