La soja Rosario MEP se encuentra en torno a los 93.600 $/tonelada y la tendencia indica que más pronto que tarde alcanzará los 100.000 $/tonelada.
Se trata del valor que recibirían los productores de soja si no existiese el “cepo cambiario” que opera como una “segunda retención”, dado que la “primera retención” es el derecho de exportación del 33% sobre el valor FOB.
Sin “retención cambiaria”, el empresario agrícola argentino estaría recibiendo hoy casi el doble de lo que efectivamente percibe al vender soja Rosario disponible, dado que el precio con “retención cambiaria” es de unos 50.400 $/tonelada. Eso porque mientras que el tipo de cambio oficial, es decir, intervenido por el gobierno nacional, se encuentra en 127 $/u$s, el dólar MEP cotiza en 227 $/u$s.
Eso implica que la “retención cambiaria” –que, por supuesto, no afecta solamente a la soja sino a todas las exportaciones de bienes y servicios argentinos– es actualmente del 46%. Fenomenal extracción de un impuesto a la exportación “encubierto” que es más dañino que el derecho de exportación.
Al combinar ambas “retenciones”, entonces es factible advertir que la retención efectiva final supera el 65%, lo que implica que el empresario agrícola argentino recibe por la soja disponible un valor real de apenas unos 220 u$s/tonelada.
Las autoridades monetarias argentinas vienen “pisando” el tipo de cambio oficial con el propósito de que esa acción opere como “ancla” contra el proceso de aceleración inflacionaria.
El problema es que, frente a la inconsistencia de la política macroeconómica oficial –que generaron la semana una “huida” masiva de capitales de los títulos en pesos ajustados por CER ante el temor de que los mismos sean refinanciados por el gobierno–, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el MEP se viene ensanchando día tras día.
El crecimiento de esa brecha cambiaria incrementa, entonces, el valor de la “soja MEP”, al tiempo que mantiene planchado el precio de la soja que cobran los productores argentinos.
El denominado “dólar bolsa” o “dólar MEP” se obtiene al comprar un bono argentino en pesos que posteriormente es transformado en otro bono similar en dólares. Se trata de una operación realizada dentro del mercado argentino.