El régimen del “dólar soja” logró alterar el sistema de formación de precios de la soja en el mercado argentino, el cual ahora –tristemente– comparte la misma suerte que los cereales afectados por cupos de exportación administrados de manera discrecional.
La distorsiones, así como están provocando un derrumbe de los precios futuros de los contratos de soja 2021/22 en el Matba Rofex, impulsan también una revalorización enorme de las cotizaciones de la soja en el disponible.
Ayer miércoles se negociaron, según datos de la plataforma Sio Granos, unas escasas 13.901 toneladas de soja con destino al sector norte de la ciudad de Rosario y a un valor promedio de 70.585 $/tonelada, equivalente a 432 u$s/tonelada.
La cuestión es que, con un valor FOB oficial –determinado por la Secretaría de Agricultura– de la soja Rosario disponible de 592 u$s/tonelada, un precio FAS de 432 u$s/tonelada implica una retención efectiva del orden de 25%.
Es decir: la demanda, urgida por originar soja, está abonando importantes “premios”, dado que a alícuota nominal vigente del derecho de exportación de la soja es del 33% del valor FOB.
Esa cuenta debe –en la Argentina actual– ser complementada con el cálculo de la “soja MEP”, es decir, por la cantidad de dólares reales que quedan en mano del productor luego de la venta de soja. A la fecha un precio de 70.585 $/tonelada es equivalente a unos 226 u$s/tonelada MEP.
Ese cálculo es vital porque con la implementación de la segunda versión del “dólar soja”, si bien los empresarios agrícolas recibirían más pesos por tonelada, en caso de haber un ajuste eventual en el MEP terminarían embolsando menos dólares.
Por supuesto: para tomar una decisión exitosa al respecto la clave consiste en poder anticipar cómo podría evolucionar el dólar ME, algo que depende de variables cambiarias, económicas y políticas difíciles de pronosticar.