Hace unos años, la Sociedad Rural de Río Cuarto protagonizó una experiencia inédita en la Argentina: desde una gremial agropecuaria fundó un Instituto Educativo secundario para los chicos de la zona, sean o no hijos de productores. Aunque la entidad estuvo trabajando en el proyecto durante varios años, fue en 2022 que el centro educativo abrió sus puertas a los primeros 53 estudiantes. Hoy transita su tercer ejercicio.
Si bien se trata de un colegio de gestión privada –en vías de adscripción a la enseñanza oficial- no es exclusivo de hijos de productores, ni para chicos que viven en el medio rural, sino que asistentes alumnos de distintos puntos de la ciudad cordobesa.
Según la directora Clara Prámparo, la novedosa institución no cuenta con un plan de estudio como el de una escuela agrotécnica, pero responde al programa educativo nacional, ceñido a las especificidades locales. Aunque tiene la particularidad de ser una escuela orientada, vinculada a las áreas de conocimientos agro y ambiente.
“Las escuelas secundarias orientadas tienen un plan de estudios de seis años. A diferencia de las escuelas técnicas que tienen un plan de estudio de siete años y persiguen otra lógica. Pero la Sociedad Rural, con mucha voluntad también genera otro tipo de experiencias y propone espacios extra curriculares -en ciclo básico- donde los estudiantes van tomando contacto con lo que es granja y agricultura a partir de talleres”, dijo Prámparo a Bichos de Campo.
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En este sentido, la docente añadió que los talleres están muy relacionados con el recurso suelo y generan un contacto directo entre los estudiantes y la producción. “De alguna forma todos los proyectos van tocando el tema del suelo desde una perspectiva no solamente productiva o desde la parte biológica física más natural, sino también lo social o cultural, lo histórico”.
“Hay trabajos interdisciplinarios que van desde la de la experiencia a la experimentación en la producción de biogás a partir del estiércol que se genera en los establecimientos ganaderos; hasta pensar la historia de los inmigrantes y cómo trabajaron la tierra con la evolución de las herramientas. Hay una fuerte perspectiva interdisciplinaria atravesada por la cuestión ambiental, pero con una mirada compleja y completa”, enfatizó.
-En los primeros años los chicos todavía no reciben el contenido duro agropecuario…
-Sí, pero están trabajando en talleres donde se da una aproximación más vivencial y práctica, aprovechando, por supuesto, porque una de las ventajas que tiene esta institución educativa al estar emplazada aquí en la Sociedad Rural contamos con todos los recursos: gente con conocimiento que nos ofrece charlas todo el tiempo. Tenemos remates todos los meses, así que hay animales todo el tiempo.
Sin embargo, la especificidad de la escuela significa un esfuerzo para el equipo docente, ya que no existen referentes de una institución que nace de la voluntad de una Sociedad Rural. “Desde la gestión tenemos la gran tarea de poder establecer vínculos estratégicos y estar atentos a las oportunidades que pueden enriquecer la propuesta educativa, sin que varíe el plan de estudios. En este caso, el vinculo con el medio ambiente se ve potenciado por la posibilidad de pertenecer a una entidad que ofrece muchísimo conocimiento que los chicos tienen a la mano”, precisó la directora.
– ¿Qué materias se agregan al programa de estudio cuando los estudiantes cursen el cuarto año?
-Se agregan materias específica que tiene que ver con la producción y la gestión dentro de lo que es el agro y el ambiente. Sí, con espacios curriculares que son más de definición institucional que eso lo vamos a ir trabajando y otros que ya vienen dentro de la currícula fija. Así que van a llegar un poco más preparados los chicos para vincularse con esos espacios curriculares.
-¿Te parece una experiencia replicable esto de que las rurales se pongan a crear secundarios?
–Y me parece que es es una propuesta excelente. Formar a las próximas generaciones con un criterio para trabajar en el sector -aunque no es exclusivo- con una conciencia del ambiente es excelente y, más con la Sociedad Rural que tienen todos los recursos a la mano en conocimientos y experiencia. Es un gran capital y un gran potencial para la formación de nuestros jóvenes.