Por Nicolás Razzetti (@NicoRazzetti).-
Si bien en los últimos días algunas regiones comenzaron a recibir lluvias, las pérdidas por la sequía de los últimos meses son concretas e irreversibles. Particularmente la provincia de Entre Ríos es una de las más afectadas.
La Bolsa de Cereales de esa provincia proyectó una caída en la producción del soja del 54%, lo que significa una merma de casi 2 millones de toneladas o su equivalente en valor, que alcanza los 550 millones de dólares.
En el caso del maíz se habría perdido el 38% de la producción, lo que suma otros 120 millones de dólares.
Sólo en estos dos cultivos en Entre Ríos se perdieron 665 millones de dólares. Faltan computar las p´rdidas que se produjeron en actividades de fuerte arraigo y desarrollo en la provincia, como la citricultura, la producción de arroz y la ganadería.
“El impacto es significativo en la cosecha gruesa y si se suman todos los cultivos, como el sorgo, se estima en más de 14.000 millones de pesos. También es crítica la situación de la citricultura, donde hubo pérdidas en frutas y en el stock de plantas. En el caso de la ganadería, y salvando al sector de islas, hay una fuerte caída en la disponibilidad de forrajes”, explicó Alfredo Bel, de la Federación Agraria.
El dirigente rural dijo que las consecuencias se sentirán en los meses próximos, si no llueve lo suficiente en el corto plazo podría verse afectada la siembra de trigo, además a nivel de la cría vacuna habría afectación de las preñeces y de la productividad de las vacas lecheras.
La seca llevó a que el gobernador Gustavo Bordet declare la emergencia agropecuaria, que fue luego homologada rápidamente por el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere. Para acceder a esos beneficios, los productores deberán presentar la documentación antes del 11 de mayo ante los organismos oficiales para adherir a los beneficios impositivos correspondientes.
En cuanto a las deudas del sector con el Banco Nación, Bel explicó que “la entidad anunció línea específica de crédito para productores con certificado de emergencia con subsidios de la tasa, y también las cooperativas tendrán financiamiento para bancar a los que no son sujeto de crédito”.
Bel opinó: “Las medidas son bienvenidas pero insuficientes para la magnitud del daño”.
La sequía es tan fuerte que, por cierto, pone en escena la necesidad de generar nuevas herramientas que atiendan estas situaciones.
En tal sentido, el ex secretario de Agricultura, Marcelo Regúnaga, explicó que “cuando viene una crisis como esta, el Estado no tiene las herramientas necesarias”. Para el experto, “debería promoverse un seguro agrícola más amplio del que se estaría discutiendo y además habría que ajustar la ley de emergencia agropecuaria” que dispone del mismo monto de dinero para enfrentar las emergencias (de apenas 500 millones de pesos) desde hace muchos años.