El Parlamento Europeo reconfirmó la decisión de prorrogar hasta el próximo año la entrada en vigencia de la normativa antideforestación, mediante la cual se busca certificar el origen de los embarques de carne bovina, soja, madera, caucho, cacao, café y palma aceitera, asegurando que estos no provengan de zonas deforestadas con posterioridad al 31 de diciembre del 2020.
Por 405 votos a favor, 242 en contra y 8 abstenciones, los legisladores europeos fijaron que los grandes operadores y comerciantes deberán aplicar el reglamento a partir del 30 de diciembre de 2026, y los pequeños operadores (particulares y empresas con menos de 50 empleados y una facturación anual relacionada con los productos en cuestión inferior a 10 millones de euros) a partir del 30 de junio de 2027.
A pesar de las marchas y contra marchas de los últimos meses, que generaron gran incertidumbre entre los exportadores, se justificó el aplazamiento en el objetivo de “garantizar una transición fluida y dar tiempo a mejorar el sistema informático que utilizan los operadores, comerciantes y sus representantes para realizar las declaraciones electrónicas de diligencia debida”.
También se simplificaron, en paralelo, los requisitos de diligencia debida. Tal y como se había anunciado en noviembre, y confirmado ahora, “los micro y pequeños operadores primarios ahora solo tendrán que presentar una declaración simplificada única, lo que facilitará que las empresas cumplan con la ley sin comprometer sus objetivos”.
“Sólo las empresas que introduzcan primero un producto relevante en el mercado de la UE serán responsables de presentar declaraciones de diligencia debida, y no los operadores y comerciantes que lo comercialicen posteriormente”, explicaron.

Pero aún con estas modificaciones, el Visec, la plataforma de trazabilidad impulsada por la agroindustria argentina, avanza en su implementación y se alista para iniciar de manera oficial a finales de 2026.
Esto quedó de manifiesto en un encuentro realizado ayer en la Sociedad Rural Argentina, donde representantes del programa de Soja y Carne de dicha plataforma mostraron cómo vienen trabajando con los operadores de cada cadena.
“Venimos operando desde el año 2019 en Argentina, con este esquema voluntario pero de reconocimiento oficial y formal del gobierno, que quedó establecido en la resolución 50 de 2024. Allí se estableció que los esquemas de diferenciación están inscriptos para ser promovidos y difundidos, con el objetivo de optimizar los procesos productivos, además de facilitar el acceso a la información como bienes públicos globales”, explicó la economista y representante de Visec Soja, Josefina Vecino.
Si bien Visec hoy se enfoca en soja y carne, Vecino indicó que su desarrollo puede extenderse también a otros cultivos en caso de ser necesario.
Liderado por la Bolsa de Comercio de Rosario, el sistema de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV) desarrollado para operadores de la cadena sojera contempla en forma genérica cuatro eslabones: las unidades productivas, los acopios, las industrias y los embarques.
Los documentos respaldatorios tomados por la plataforma, que están presentes a lo largo de todo ese camino, son el Cuit y el Renspa, que según Vecino ofician de “nomencladores oficiales que identifican dónde se produjeron las materias primas”, algo así como “las coordenadas de geolocalización que te llevan hacia el lugar de producción”.
“Sobre la unidad productiva se hacen tres tipos de verificaciones. En primer lugar, una satelital tercerizada, que utiliza capas públicas y capas privadas, y arroja resultados sobre tres condiciones: solapamiento con áreas protegidas; cumplimiento de la ley nacional de bosques nativos, que data de diciembre de 2007; y la condición de no deforestación en función de la definición de FAO desde diciembre 2020 en adelante”, señaló Vecino.
La verificación de los indicadores se vislumbra luego en el informe de sustentabilidad, que debe renovarse en cada campaña.
“En segundo lugar viene la verificación de Renatre. A través de una API, consultamos el estatus de un CUIT particular y el Renatre nos responde si presenta irregularidades. En el caso que no, queda verificado dentro del sistema como una unidad productiva habilitada”, detalló la economista.
El tercer filtro corresponde a la relación con comunidades originarias que pudieran estar solapadas con unidades productivas de soja, para lo cual Visec trabaja junto a la ONG Crisol, encargada de realizar la correspondiente verificación.
“Habiendo pasado la verificación satelital, la verificación de Renatre y la verificación del INAI, esa unidad productiva queda oficialmente habilitada y está en conformidad y en cumplimiento con todo lo que es ambiental, social, laboral y humano”, afirmó Vecino.
Esta etapa se complementa con la carta de porte para el registro de movimientos, el RUCA para el registro de sitios físicos dentro de la cadena de valor, y el permiso de embarque aduanero de cara a la exportación.
Este proceso se replica de forma similar dentro del programa de Visec Carne, que también supone un esquema voluntario y de gobernanza colectiva y colaborativa dentro de la misma cadena.
“Es un gran desafío pero están participando prácticamente todos los eslabones de la cadena. Comenzamos a trabajar en 2023 y es clave decir que utilizamos información pública bajo consentimiento de cada usuario. Dentro tenemos a productores, consignatarios, frigoríficos, exportadores e importadores”, dijo el investigador Gerardo Leotta durante el encuentro.
Para el caso de la Unión Europea, el representante indicó que las exportaciones de carne a ese destino rondan el 8% del total, lo que supone un universo de 2,5 millones de cabezas de ganado, en particular de novillos.

En cuanto a los establecimientos ganaderos, aquellos habilitados para comercializar con ese bloque son unos 9.481. Sin embargo, Leotta señaló que el objetivo es ampliar ese universo.
“Esos son los establecimientos donde pasó por último el animal antes de ir al frigorífico. Establecimientos ganaderos en la Argentina tenemos alrededor de 293 mil. Para nosotros el enorme desafío es trabajar con ese universo de 293 mil”, sostuvo.
Respecto de la integración con registros oficiales, al igual que en el caso del Visec Soja se trabaja con el Renspa, el Cuit, y los sistemas como Sigsa, Sigica y documentos de movimiento de hacienda.
“La segregación para la cadena de carne es un poco más sencillo que para soja. El que hace recría va a elegir, si piensa en Unión Europea, terneros que vengan de campos de cría que cumplan con el reglamento. Los que hacen engorde van a elegir esos mismos animales y, por supuesto, el frigorífico va a elegir los animales aptos también”, explicó.
Como en el caso de soja, también se utilizarán imágenes satelitales para determinar la relación con áreas naturales protegidas y el ordenamiento territorial de bosques nativos.
“Después de un mes y medio de abrir el registro de usuarios, ya llevamos analizados 89.576 caravanas, se cargaron 1.895 informes, se registraron 33 frigoríficos, 43 importadores, 758 productores (cada uno puede tener varios Renspas), 70 consignatarios y 245 productores exportadores. Esto es dinámico, hoy los números cambiaron y la semana que viene van a volver cambiar”, finalizó.





