En la antesala de la campaña de trigo 2024/25, y con un mejoramiento de los números estimados para la comercialización del trigo argentino en el mercado internacional, los analistas agrícolas se muestran muy optimistas. Sin embargo, es el productor la fuente más confiable a la hora de medir el verdadero impacto que tiene una baja en el precio de los insumos y el aumento en los precios del cereal, que han cambiado casi de golpe el panorama de la fina.
En este punto el vicepresidente de la Asociación de Productores de Benito Juárez, Pablo Goñi, coincide con el resto de los actores de la cadena triguera. Por eso, en su doble rol de dirigente rural y productor de esta zona -una triguera por excelencia- se manifiesta “contento”, al punto de pensar en retomar la siembra del grano.
“Venimos de estar muy pinchados con los números en general y estaba descartado directamente. Ahora ya estamos pensando en hacer un porcentaje de trigo. Allá se hace mucha cebada pensando en el cultivo de segunda para mejorar el negocio, pero hoy ya estamos pensando en hacer un porcentaje de trigo, alrededor de 70/30”, dijo Goñi a Bichos de Campo.
En este sentido, el productor reconoce que los márgenes de producción siguen siendo acotados pero celebra que se hayan dado las condiciones para un mejoramiento de los números. “Con la quita de algunos impuestos y el escenario internacional que cambió el rumbo, sí vamos a sembrar trigo. Si bien la gente está cosechando la soja que se ha atrasado un poquito, tenemos los perfiles recontra cargados. Creo que tenemos un escenario realmente óptimo, aun cuando los números del trigo siguen siendo ajustados”, detalló.
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-Sería mucho mejor el escenario sin retenciones y sin presión impositiva, ese es el deseo…
-Yo estoy en la Asociación de productores y desde el 2008 estamos peleando por lo mismo. Me parece realmente que este país tiene que cambiar el pensamiento y la retención no va. Los números están mostrando lo que pasaría si no estuvieran. Creo que este gobierno, que le presta un poco de atención al campo, está empezando a tener un buen trato y realmente tiene que hacer los cambios, porque así se va a encontrar con el motor que es el sector y con los dólares que ellos necesitan.
No obstante, remarcó que el cambio de escenario ha sido más bien por causas fortuitas y no por alivios al sector productivo. “Seguimos con cosas muy trabadas. Por ejemplo, seguimos padeciendo que el que tiene trigo o soja no tiene acceso al crédito con tasas diferenciales. Y así hay un montón de cosas que no las han cambiado todavía. Creo que hay un diálogo bueno con el gobierno, pero todavía medidas no se ha tomado ninguna”, señaló el dirigente.
-El trigo tiene una retención del 12% y la tonelada cuesta alrededor de 200 dólares. Son más o menos 20 dólares que te quedarían si te quitan esa retención, que tentativamente van a Rentas Generales. En manos del productor, ¿esos 20 dólares como se podrían invertir?
-El productor con esos 20 dólares lo primero que va hacer es fertilizar más y tener más producción, y el Estado va a recibir más plata. Es así, realmente el productor la invierte toda y esos 20 dólares no es que van a ser inversiones extra. Lo va a volcar en fertilización, que es algo primordial en la siembra de fina, sobre todo de trigo. En definitiva, se va hacer más tecnología y si se le saca un poco el pie de encima al productor, todo lo va a reinvertir.
-Esta es la primera campaña que se siembra y se cosecha con el gobierno de Milei. ¿Qué le pedirías al presidente?
-Lo primero que le pediría es que tenga un buen diálogo con el campo. De hecho lo tiene, pero las cosas básicas no las han tocado. Por ejemplo, el tema de retenciones, no solamente el trigo, también en la soja. Por otra parte está el tema de los fertilizantes, que todavía siguen carísimos. Hoy se está reacomodando el tema de la urea, porque en las campañas pasadas costaba casi 1.000 dólares y ahora van rumbo a los 500. Pero yo le pediría al presidente que se ocupe del campo, y este le va a dar la oportunidad de tener los dólares que se precisan para que se empiece a reacomodar la economía.