Este jueves el valor del contrato Trigo Rosario Diciembre 2024 finalizó con un promedio ponderado de 208 u$s/tonelada. Se trata del mismo valor para esa posición que los forwards negociados en Uruguay con entrega en el puerto de Nueva Palmira.
Un observador externo podría pensar, ante tales datos, que la Argentina finalmente logró ordenar su macroeconomía y que los precios del trigo se encuentran entonces arbitrados con los del resto de los países de la región.
Pero eso, lamentablemente, no es así debido a la vigencia del “cepo” cambiario por medio del cual el Estado obliga a los sectores exportadores a liquidar el 80% de las divisas que generan a un precio artificialmente bajo establecido por el propio Estado; ese valor se encuentra en 983 $/u$s.
El restante 20% puede liquidarse en el mercado externo denominado “contado con liquidación”, que representa lo más cercano al valor de mercado del peso argentino; la cotización en este caso es de 1182 $/u$s, tomando la referencia del Matba Rofex.
La cuestión es que, gracias al “blanqueo”, las reservas internaciones del Banco Central (BCRA) se vienen incrementando y el gobierno consiguió además la promesa de prestamos internacionales por 8800 millones de dólares por parte del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En ese marco, esta semana el presidente Javier Milei dijo en una entrevista periodística que “la apertura del cepo está mucho más cerca” y que si “me ponen la plata, lo abro hoy” en referencia a ayudas internacionales para recomponer las reservas del BCRA.
La eliminación del “cepo” cambiario tendrá un impacto enorme en el sistema de formación de precios de los granos y, además, introduce un factor de incertidumbre importante al momento de diseñar las estrategias comerciales.
Los valores de los contratos futuros del Matba Rofex –como es el caso del Trigo Rosario Diciembre 2024 a 208 u$s/tonelada– están sustentados en el supuesto de la continuidad del actual esquema cambiario.
Si se llegase a eliminar el “cepo” –algo necesario para normalizar la macroeconomía y facilitar el ingreso de divisas al sistema financiero–, la pregunta clave es cuál será el nivel de intervención del BCRA para mantener en el tipo de cambio en el nivel deseado.
Para poder responder esa pregunta el dato clave es el volumen de reservas internacionales presente en el BCRA, dado que el mismo es directamente proporcional a la capacidad de intervención, a menos que se opte por dejar flotar al dólar, algo que el equipo económico de Milei no quiere hacer para no afrontar consecuencias inflacionarias.
La otra alternativa, si las divisas escasean, consiste en “secar” la plaza de pesos argentinos para reducir así las presiones compradoras sobre el dólar, una estrategia que, si bien puede resultar exitosa en términos cambiarios, puede agravar la crisis de empleo y la situación social.
Por supuesto, lo que suceda con el tipo de cambio el día después de la eliminación del “cepo” y la unificación cambiaria también será determinante en la formación del precios que ocurra en el mercado disponible.
En cualquier caso, el factor cambiario no puede dejar de estar presente en los análisis comerciales y financieros de las empresas agropecuarias, aunque la decisión final de cuándo se liquidará (o no) el “cepo” cambiario sólo la conoce el presidente Milei.