Aunque en un comunicado, hace una semana, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) había amenazado a SanCor Cooperativas Unidas Limitada con un paro nacional activo y sorpresivo por 48 horas, este viernes -ya con la sanción de la Ley Bases que penaliza con despidos los bloqueos-, se desestimó la medida.
De todos modos, en horas del mediodía y en la Secretaría de Trabajo de la Nación, nuevamente se eludió la firma del acuerdo propuesto por la empresa láctea y los motivos son netamente económicos. La intención de SanCor, que el 7 de junio pasado había sido aceptada en asamblea por los sindicalistas, era generar pagos en cuotas de la deuda contraída con trabajadores y también con el sindicato, en estos siete años de acuerdo de abono diferencial.
De esta manera, decía la empresa, se podría permitir el desembarco de fondos para el mejor funcionamiento de la Cooperativa, pero también la operatividad completa de la empresa, sobre todo en la planta de Sunchales, que seguía “tomada” por el sindicato, a pesar de la presencia policial y de los más de ocho meses de bloqueo iniciado ante la caída de la posibilidad de puesta en marcha de un fideicomiso de intervención con dineros públicos.
Con un cúmulo de condiciones siempre en alza por parte del sindicato encabezado por Héctor Ponce, que ya no tendría un disponible de fondos para seguir solventando las medidas de fuerza, desde la industria se definió no firmar en este último día hábil de junio, ya que la gremial pretendía el inicio de un pago inmediato.
En concreto, se firmaría cuando arriben los fondos. Como si fuera un infinito, de no haber paz social en la empresa no llegaría el fondeo; y sin el fondeo no podría existir calma laboral.
De todas maneras, hubo una suerte de puesta en común de las partes y se sigue avanzando en la cartera laboral, hasta el momento conveniente de la rúbrica, para no extender plazos, ni para generar más tensiones.
En un comunicado extendido a los trabajadores, Atilra explica que “resulta altamente improbable, por no decir imposible, el arribo de interesados dispuestos a invertir en una empresa que mantiene conflicto de deuda sindical, mutual, de obra social y laboral con sus trabajadores, como ya se lo han manifestado”.
Con el burro adelante, el sindicato pone en primer término sus intereses, dejando en último término a los trabajadores, que en muchos casos fueron intimados a parar y a percibir un pago directo del gremio para hacerlo. Atilra se contradice al decir que acepta la espera, aunque los inversores no lleguen, siendo esa una conjetura prosaica.
Se suma también la gremial a una supuesta avanzada del fondo International Investment Group (IIG) intentando cobrar una garantía basada en quesos, que aún tiene que corroborar la titularidad de la deuda, siendo un caso muy similar al planteado por algunos medios en septiembre pasado cuando se intentó instalar un juicio internacional con el mismo origen que jamás sucedió, ni se notificó.
Ahora agregan los liderados por Ponce que el Presidente de Sancor podría ser citado por AFIP, de acuerdo a una causa iniciada por los trabajdores, por delitos federales de evasión fiscal, que no tendría sustento real, ni fáctico. A pesar de eso aseguran en el comunicado que el tema tendría “un final que se avizora previsible”, conjeturando sobre algo que no se entiende.
Dice el texto que se seguirá “asistiendo desde nuestro fondo de previsión a las y los compañeros que actualmente retienen la prestación”, o sea que el bloqueo sigue, que algún dinero aparecerá para sosternerlo, aunque no se conozca el origen de lo que ahora tiene denominación.
En un comunicado anexo para trabajadores de Sunchales y los de San Guillermo, de la planta que se cerró a causa de esta medida de fuerza en el mes de noviembre, se explica que la semana próxima se pagarán 300 mil pesos en efectivo y 100 mil pesos más se darán en formato de vale para adquirir mercadería en el supermercado que tiene el sindicato.
Es llamativo que el texto cierra con un “abrazo fraternal” de Etín Ponce, pero también indicando que “la dignidad no tiene precio y por lo tanto, nunca será materia de negociación de nuestra parte”.
Contradictorias decisiones que simplemente hacen que la empresa no pueda volver a trabajar por completo, que se estiren los plazos para que lleguen fondos para un correcto desempeño, pero sobre todas las cosas, esta actitud evita que los propios trabajadores recuperen en conjunto la normalidad en sus tareas, teniendo en cuenta que quienes no han parado cobran actualmente la totalidad del salario.
Como ya lo planteamos, la actitud de acuerdo, la falta de apoyo para sostener la medida, la supervivencia de SanCor a pesar de este embate feroz, hoy se resume a un toreo mínimo que se calmará progresivamente hasta llegar a la reglamentación del capítulo laboral de la normativa salida el jueves del Congreso Nacional.