Hoy martes se registró una violenta venta de futuros de productos agrícolas en el mercado estadounidense CME Group (Chicago) impulsada por el temor de una disrupción comercial entre China y EE.UU.
Además de las crecientes tensiones bélicas entre China y Taiwán –hoy aviones de guerra de la nación gobernada por Xi Jinping volvieron a invadir el espacio aéreo de la isla democrática–, existe riesgo del inicio de una “guerra comercial” entre EE.UU. y China.
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Hoy la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) de EE.UU. informó que prohibió las importaciones de bienes provenientes de la provincia china de Xinjiang al considerar que en la misma se lleva a cabo trabajo forzoso.
“El Departamento de Estado está comprometido a trabajar con el Congreso y nuestros socios interinstitucionales para continuar combatiendo el trabajo forzoso en Xinjiang y fortalecer la coordinación internacional contra esta flagrante violación de los derechos humanos”, indicó el gobierno estadounidense por medio de un comunicado.
También señaló que buscará que las naciones aliadas a EE.UU. implementen una medida similar con el propósito de “hacer que las cadenas de suministro globales estén libres del uso de trabajo forzoso” y pedir al gobierno chino que ponga “fin de inmediato a las atrocidades y los abusos contra los derechos humanos” contra los integrantes de la etnia uigur en Xinjiang.
I applaud companies that have taken a stand against the PRC’s atrocities and human rights abuses in Xinjiang. Today the United States is taking strong steps to stop imports made from forced labor in Xinjiang – sending a clear message that we will stand up for our values.
— Secretary Antony Blinken (@SecBlinken) June 21, 2022
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China aseguró que la cuestión del trabajo forzado en Xinjiang es una “enorme mentira inventada por las fuerzas anti-China” para difamar al país y que el gobierno de Xi Jinping “actuará enérgicamente para defender los derechos e intereses legales de las empresas y ciudadanos chinos”.
Tal como sucedió durante la “guerra comercial” instrumentada por Donald Trump contra las importaciones chinas, el gobierno de Xi Jinping sabe bien que la mejor represalia contra EE.UU. es restringir o suspender compras de productos agroindustriales estadounidenses.
Vale recordar que China es actualmente el primer comprador de sorgo y el segundo importador de maíz de EE.UU.. Y también es el segundo comprador de carne porcina y aviar de EE.UU., que es una manera de exportar granos forrajeros con valor agregado. Por su parte, Taiwán es un importante comprador de cebada y carne aviar estadounidense.
En lo que respecta a trigo, Taiwán y China están en el sexto y séptimo lugar del ranking de compradores del cereal estadounidense, al tiempo que la posibilidad de realizar embarques en un contexto bélico en la región se dificultaría por demás en Filipinas, Japón y Corea.
En tal escenario tan turbulento como complejo, muchos administradores de fondos de inversión agrícolas salieron hoy a liquidar a dos manos futuros de commodities agrícolas para cubrirse de una eventual cambio de escenario geopolítico y comercial.